sábado, 24 de agosto de 2013

Cudillero como ejemplo

Si alguien tiene interés en conocer como concibe el PSOE la democracia puede analizar lo ocurrido en el ayuntamiento de Cudillero desde las últimas elecciones y tendrá una idea cabal de la forma de proceder de una izquierda que se presenta como referente ético ante la sociedad.
Lo que ocurre en Cudillero pone de manifiesto las maneras de actuar de unos políticos para los que la democracia es tan solo la coartada para llevar a cabo sus planes. Retuercen las leyes y las normas hasta dejarlas convertidas en un guiñapo irreconocible con el que hacer su voluntad. Desoyen las sentencias del Tribunal Constitucional como si la democracia y los órganos de las que esta se dota para poder garantizar el funcionamiento democrático de las instituciones fueran tan sólo algo molesto que se puede esquivar sin mayores complicaciones.
Lo que está ocurriendo en Cudillero con el beneplácito y el apoyo expreso de la Federación Socialista Asturiana y el silencio ominoso de la dirección nacional del partido con Óscar López y Rubalcaba como cómplices por omisión de la desvergüenza con la que su partido está actuando en ese ayuntamiento, no tiene ningún calificativo compatible con el término democracia.
En democracia las formas son parte fundamental del sistema. Los votos recogidos en las elecciones refrendan a los candidatos que figuran en las listas y los partidos ya tienen demasiado poder confeccionando éstas como para que, una vez terminadas las elecciones, quieran actuar como si los votos los hubiera recibido el partido y no los candidatos.
Con el proceder de PSOE en Cudillero están demostrando que son aventajados herederos de la democracia orgánica inventada por Franco o de la llamada democracia cubana. Pero, como ellos deberían saber, la democracia es o no es y no admite calificativos.

martes, 13 de agosto de 2013

El día de la cultura de Gijón

España vive una gravísima crisis económica de la que tiene una gran parte de culpa la corrupción generalizada y la crisis política e institucional.
La derecha, en el gobierno, aprovecha la crisis y su cómoda mayoría absoluta para conformar un país a la medida de su ideología y en contra de los intereses y, lo peor, los derechos de la mayoría de los ciudadanos. Para la derecha, la crisis es responsabilidad casi en exclusiva de los anteriores gobiernos del PSOE que, según ellos, se dedicaron a malgastar el dinero que ahora ellos se ven obligados a recortar.
Esta verdad es parcial, pues el PP obvia que mucho del dinero malgastado se dilapidó en CCAA gobernadas por sus correligionarios. También se olvidan interesadmente de que las cajas de ahorros arruinadas estaban dirigidas por representantes del PSOE, de IU, de los sindicatos y... del PP, y que todos ellos fueron responsables del gran fraude que supuso la ruina de esas entidades financieras que pertenecían a todos los ciudadanos.
Por su parte, la izquierda continúa con su discurso interesado en el que culpa de la crisis al capital y la tilda de gran estafa, pero se olvida de que la izquierda estaba en el gobierno, en los consejos de administración de muchas empresas públicas o semipúblicas que gastaban y se endeudaban como si el dinero creciese en los árboles y que sus representantes se sentaban en los órganos de dirección de las cajas de ahorros que se arruinaron con unas políticas alejadas de toda prudencia financiera.
La corrupción que asola nuestro país, y que ayuda a hacer más profunda, y difícil de superar, la crisis económica, se extiende por todos los partidos con responsabilidades de gobierno y, por ello, es difícil de atajar puesto que ningún partido se ha propuesto seriamente terminar con ella. Todos la utilizan como arma para atacar y desprestigiar al adversario, pero no toman ninguna medida para evitarla en sus propias organizaciones.
La corrupción se ha hecho consustancial a nuestro sistema político y la mayoría de nuestros representantes se sienten cómodos con este estado de cosas que les permite vivir cómodamente dentro de esta ciénaga que ya parecen haber aceptado como su habitual ecosistema al margen de unos ciudadanos cuyo único fin es del de mantener con sus impuestos a toda la pléyade de políticos y cargos de todo tipo que los partidos han ido inventando para aumentar sus poder y su clientela.
En Gijón acaba de celebrarse el Día de la Cultura para recordar aquellas jornadas que se celebraban al final de la dictadura franquista y en las que la izquierda reivindicaba la libertad y la democracia. La mayoría de los organizadores, y quizás de los asistentes, pertenecían a la izquierda establecida cómodamente en este régimen y, por tanto, no se oyó ni un sola autocrítica al papel de la izquierda y a su responsabilidad en la situación actual. Se limitaron a repetir sus cantinelas, a culpar de todo a sus demonios personales (el capital, la banca...), y claro que la tienen, pero sin acercarse, ni de lejos, a una asunción de sus propias culpas, cuando no de la complicidad o la práctica de actuaciones iguales a las critican.
Con esta izquierda acomodada y tan corrupta como la derecha, no será posible encontrar un camino diferente al recorrido hasta ahora y, por tanto, con los actuales partidos de derechas o de izquierdas no se podrá encontrar un nuevo camino que nos pueda conducir a la recuperación de un auténtico régimen democrático sin corrupción y en el que el bien común sea el objetivo primordial de la actividad política.

jueves, 8 de agosto de 2013

Hay que reducir los sueldos, pero no el 10%

Yo estoy de acuerdo con el FMI y con Olli Rhen: es necesario bajar los salarios. Pero no estoy de acuerdo en el porcentaje propuesto, me parece muy modesta la reducción del 10%.
Yo creo que sería más sensato proponer una reducción del 90%.
¿Digo esto por decir y porque esta mañana en Gijón no está de playa y estoy ocioso ante el ordenador? En absoluto. Voy a demostrar por qué deberían reducirse los salarios un 90%.
Primer ejemplo: Christine Lagarde, presidenta del FMI, tiene una retribución anual de 324.000 Euros más un modesto complemento de 58.000 Euros anuales sin necesidad de justificar. Es decir, que esta buena mujer sin haber inventado la aspirina, la fórmula de la Coca Cola, ni siquiera la fregona que tanto ha hecho por mejorar la vida de las amas/os de casa, percibe la bonita suma de 43,61 Euros a la hora, da igual que durante esa hora esté haciendo pilates, viendo la tele, durmiendo o tomando el sol.
Si se redujeran sus retribuciones un 90%, esta encantadora señora pasaría a percibir 38.200 Euros anuales.
Segundo Ejemplo: Olli Rhen, vicepresidente de la Comisión Europea, se embolsa entre sueldo y dietas unos 286.000 Euros al año (¿cuánto ganará el presiente? Da igual, nosotros a lo nuestro). Reduciendo su salario un 90%, pasaría a cobrar 28.600 Euros al año.
Ya sé que alguno estará pensando que con esos sueldos ni Christine, ni Olli, querrán seguir desempeñando sus puestos. Pues eso. lo que to digo: todo ventajas.

Olli Rhen y el fin de la crisis

Olli Rhen es un hombre prudente y no desea terminar con la crisis económica de España de un plumazo, ¡ni hablar! Prefiere ir poco a poco, paso a paso, por eso propone, como el FMI, que los salarios bajen sólo un 10%.
Si con un 10% de bajada se podrían poner las bases para ir terminando con la crisis, un hombre más ambicioso que el bueno de Olli podría proponer bajar un 20, un 30 o un 40%. Con el 50% de bajada se daría un buen mazazo a la crisis con toda seguridad.
Pero Olli es un gris funcionario de la UE y no piensa en grande, por eso sólo se atreve a proponer una disminución de los salarios del 10%.
Sin embargo, no nos engañemos, la solución está en nuestras manos y sólo por nuestro egoísmo y nuestra mala cabeza seguimos hundidos en esta larga crisis económica que ha traído unas insoportables tasas de paro.
Todos sabemos que con el pleno empleo o, al menos, reduciendo el paro a cifras más soportables se pondría fin a la crisis. Pues bien, la solución es fácil y sólo necesita de dos medidas que el gobierno puede adoptar mañana mismo.
La primera es decretar que el trabajador desempeñará su trabajo sólo por la comida. ¡No, no, no! que nadie se alarme. Tendrá derecho a tres comidas diarias y en el caso de empresas especialmente saneadas tendrá derecho también a una frugal merienda.
La segunda medida, mucha más sencilla que la anterior es decretar el trabajo obligatorio: todas las personas humanas mayores de 14 años deberán poder acreditar el carné de trabajador que la empresa empleadora les facilitará tras la renuncia del empleado a la tercera comida del día (la cuarta en el caso excepcional de que tuviera derecho a cuatro) durante 48 meses.
La propuesta de Olli Rhen demuestra la cortedad de miras de la UE y la falta de planteamientos ambiciosos para terminar con el paro y, por ende, con la crisis económica.

sábado, 3 de agosto de 2013

Todavía persiste el mal olor tras la comparecencia de Rajoy

Da gusto vivir en una democracia como la española porque nos permite ver a nuestros parlamentarios en su plenitud en los plenos como el del pasado jueves. Trajeados y encorbatados ellos (la mayoría, algunos tienen otro tipo de uniformidad que no les permite usar esas prendas) y bien arregladas y maquilladas ellas (también con alguna excepción porque la ideología también marca las modas, ¿o es al revés?, da igual, el resultado es el mismo. Digo que, con sus mejores galas y sacrificando el primer día de agosto, que es mucho sacrificar pero nada cuando se trata del bien del pueblo, se acercaron por el senado (el congreso está en obras y van...) y con su buena educación y haciendo uso de su hipocresía más alambicada se ha dedicado a repartirse sus caquitas en un envoltorio de palabras vacuas sólo perforado con sutiles adjetivos para que el hedor fuera soportable, que sus señorías tienen la pituitaria muy delicada.
Los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, los nacionalistas gobernantes, PNV y CiU y en buena medida IU, cómplice necesario cuando hace falta con tal de tener un poquito de poder que en la oposición no hay manera de manejar dineros públicos, se ha acusado mutuamente de hacer o no hacer dónde gobiernan, han gobernado o hacen o han hecho oposición, todo para mantener una ficción de parlamentarismo de altos vuelos que finge representar a unos ciudadanos que contemplamos el espectáculo sin poder dar crédito a tanto esperpento.
Quizás porque era dos de agosto y la canícula se había enseñoreado del clima de nuestro país o quizás porque las caquitas repartidas por sus señorías ya son demasiado pestilentes, el caso es que el pueblo llano no es que arrugase la nariz por el mal olor, es que se tapaba las fosas nasales sin poder soportar el hedor que emanaba del hemiciclo.
Primero fueron algunos votantes con el olfato más fino, después otros que ya empezaban a sentirse incómodos con el desagradable olor de nuestra política, pero ahora comienzan a ser multitud los que son incapaces de soportar un olor tan desagradable como el que genera nuestra clase política.
La quinta acepción de la palabra corrupción en el diccionario de la RAE es diarrea, lo que viene a explicar, sin duda, el olor nauseabundo de la política española.