Cada
cierto tiempo necesito recargar un poco las pilas del patriotismo y
por eso este fin de semana decidí buscar reservas en esos casos
siempre edificantes que nos demuestran que España es un país de
quijotes, que cuando nos ponemos en plan solidario somos la repera y,
en fin, que somos pobres pero honrados.
Sin
embargo, la prensa ha venido a chafarme mis intenciones y se ha
empeñado en mostrarme que los quijotes hace tiempo que están en
retirada vencidos por los molinos y que la solidaridad bien entendida
empieza por uno mismo.
Uno
de los temas estrella de esta semana ha sido el de los españoles
integrantes de la lista Falciani. Este buen hombre decidió copiar la
lista de los clientes del banco HSBC que tenían cuentas en Suiza y
entregársela a las autoridades de los países respectivos.
No
sé que han hecho en otros países, pero, en España y con un
gobierno socialista, decidieron decirles que fueran buenos y
regularizaran su situación. Ni una multa, ni un reproche, ni una
mala cara. Ya sabemos que esto es normal, que Hacienda nos trata a
todos con cariño y ternura, que no pone multas, recargos ni
sanciones. Es así, pero no deja de extrañarnos que lo sea también
con los golfos que tienen sus dineros irregularmente en la montañosa
Suiza.
Por
el otro lado, por decirlo de alguna manera, porque yo creo que los
golfos no tienen lados, solo tienen mucha cara y muy dura, esta
mañana me he desayunado con los sobresueldos en CCOO. Por si
tuviéramos poco con los EREs de Andalucía donde utilizaron el
dinero de las prejubilaciones como si fuera un cortijo, ahora resulta
que el otro sindicato, llamado, de clase (¿de qué clase serán?,
que cada cual responda según su entender, pero en voz baja, que las
palabras malsonantes están mal vistas) también tiene lo suyo.
Además de los sobresueldos (3,7 millones de euros entre 2008 y
2012), resulta que el patrimonio de COMFIA (sección de banca y
seguros de CCOO), en el mismo periodo, pasó de 7,6 a 12,1
milloncejos de nada. ¿Cómo han conseguido estos dineros?
¿Ahorrando? Podría ser, pero no, no ha sido así. Ha sido que las
patronales, cajas, bancos y aseguradoras han aportado 8,3 millones de
euros.
Sinceramente,
no me extraña. Conociendo la generosidad y dadivosidad de las
empresas me parece poco dinero.
Bueno,
voy a dejar lo del patriotismo para otro momento, porque está visto
que los que habitualmente se nos muestran como faro y guía a
nosotros, pobres mortales; que saben lo que nos conviene, lo que
conviene a nuestro país y, además, nos lo dicen (queramos o no
oírlo) resulta que se han tomado un siglo sabático para todo lo que
se refiere a honradez y ejemplaridad.
Pues
nada, cuando vuelvan que avisen.