domingo, 28 de marzo de 2010

El gobierno, la crisis y otras zarandajas

Las noticias de hoy nos dicen que el gobierno dejará aparcadas las medidas anticrisis que tenía preparadas por falta de apoyos parlamentarios.
Los alcaldes dicen que no podrá pagar a 30 días, es decir que no piensan cumplir una de las medidas del gobierno.
Y la crisis avanza.
Y las preguntas surgen.
Si el gobierno no es capaz de sacar adelante sus medidas, ¿no debería someterse a la confianza de las Cortes o convocar elecciones? Parece lo lógico si no se tienen apoyos para gobernar.
Si los partidos de oposición no apoyan al gobierno, ¿no deberían presentar una moción de censura para intentar formar un nuevo gobierno con apoyos suficientes para gobernar? También esto parece bastante lógico.
Pero la lógica en España se da muy mal y tenemos cosechas muy escasas y poco valiosas.
Lo de los alcaldes y su imposibilidad de pagar en 30 días es de aurora boreal. Reclaman una nueva financiación local porque dicen que han asumido más competencias de las que les corresponden. Esto es cierto, pero deberían explicarnos por qué lo han hecho. Por qué se han dedicado a construir equipamientos que había que llenar de actividades y, claro, pagar. Por qué han asumido programaciones culturales que ya no pueden mantener, por qué dan subvenciones y ayudas de todo tipo y por qué han construido campos de golf, de fútbol, pistas de tenis y han creado patronatos deportivos y culturales y universidades populares y empresas municipales de vivienda, de turismo de...
Todo eso estaba muy bien cuando todo iba genial y se ingresaba dinero a espuertas procedente de licencias de construcción, plusvalías y recalificaciones de terrenos, pero ahora que todos esos ingresos se han reducido drásticamente, no tienen dinero y dicen que no podrá pagar a 30 días a sus proveedores. ¿Se puede tener mayor desfachatez?
Si no tienen dinero para tanto como destacan deberían abandonar el chalet de nuevo rico y volver al piso del barrio de toda la vida, pero al tendero de la esquina hay que pagarle religiosamente, porque si le siguen diciendo que lo apunte, pronto dejará de haber tenderos.
Esto también parece lógico, pero ya he dicho lo de la lógica en España. Por eso oigo a los alcaldes quejarse de la medida del gobierno, pero todavía no he oído a ninguno decir que va a recortar los gastos para poder cumplir con la nueva norma.
Atención, pregunta: ¿qué hará el gobierno con los ayuntamientos que no cumplan con sus proveedores en el plazo estipulado? Estoy impaciente por comprobarlo.
Y para terminar una perla de Gustavo Bueno: la culpa de la crisis es de los trabajadores por tener a unos sindicatos de funcionarios cuyo objetivo es cobrar del gobierno. 
Como “boutade” no está mal, pero como análisis es bastante cuestionable. Los sindicatos en España cumplen un papel bastante lamentable, pero la posibilidad de los trabajadores de cambiar la situación es muy limitada. La prueba es que el índice de afiliación de los trabajadores es bajísimo. Me gustaría saber los porcentajes de abstención en las elecciones sindicales. Pero los sindicatos viven de las subvenciones de todo tipo que reciben de la administración y las cuestiones anteriores son tema menor para ellos.
Pero la crisis en España no es culpa de los trabajadores. Las causas se conocen bien. Una economía basada en la construcción y el turismo, dos actividades intensivas en mano de obra poco cualificada.
La construcción creció hasta límites insoportables y se nutrió de una especulación salvaje con recalificaciones desaforadas y una corrupción galopante, que no han hecho los trabajadores. Los trabajadores se limitaron a poner ladrillos y azulejos y a servir comidas y copas, hacer camas en los hoteles y limpiar las piscinas de las urbanizaciones. Y a llevarse una mínima parte del pastel. De hecho, y como ya he escrito en muchas ocasiones, la participación de los salarios en las rentas del país perdió varios puntos en los últimos diez años.
Hay mucha gente empeñada en echar la culpa de la crisis a los trabajadores y, sobre todo, en pretender que la paguemos sólo nosotros, cuando los que se llevaron la pasta durante todos estos años han sido otros y cuando los ahora preclaros analistas de la situación y de las medidas que se deben adoptar vivían felices haciendo estudios, dando cursos y conferencias y participando en las escuelas de verano de las universidades y sin tener ni repajolera idea de lo que se nos venía encima.
Y ahora dicen que la culpa es del “paleta” y del “chispa”, que tienen que pagar la factura y olvidarse de la jubilación porque no hay dinero en la caja.
¿Y los que se lo llevaron crudo? 
Es cierto, ¡qué cabeza la mía! se me olvidaba que son empresarios y deben ganar dinero pase lo que pase. 
Si no fuera indignante sería para morirse de risa.

Cámaras de Comercio

El jueves hubo elecciones a la Cámara de Comercio de Gijón. Elecciones de aquella manera, porque votan los delegados que los sectores tienen representándolos en la Cámara. 

Había dos candidatos, Luis Arias de Velasco, que optaba a renovar, y Félix Baragaño, la alternativa. El resultado fue un inesperado empate que dejó confundidos a los partidarios del cambio y, a juzgar por sus declaraciones, asombrados a los partidarios de la continuidad.

A mí me trae sin cuidado la elección de uno u otro, tengo más simpatías personales por uno de ellos,  pero totalmente subjetivas y sin ninguna relación con su candidatura.

Lo que me llama la atención es la propia existencia de las Cámaras de Comercio, que en Gijón son también de Industria y Navegación, lo que no deja de ser un eufemismo, ya que sólo hace falta ver quiénes componen el pleno cameral para ver que de Industria tienen poco y de Navegación poco más que el nombre. Pero a lo que iba, ¿para qué las Cámaras? Son asociaciones de obligada adscripción, o sea, de obligado pago y que yo no sé si suplen alguna carencia toda vez que todos los sectores allí representados tienen también una o varias asociaciones de carácter gremial y, sobre todo, voluntarias a las que pertenecen muchos, si no todos ellos. Las uniones de comerciantes, de hostelería, la Fade, etc.

En este país nuestro de la subvención y del chalaneo yo creo que sobran muchas cosas, pero sobran, sobre todo, todas las asociaciones e instituciones de obligada adscripción. No hay por qué obligar a nadie a ser miembro de nada. Si la asociación, institución o gremio tienen programas y actividades atractivas o cumplen funciones útiles para determinados sectores, ya se afiliarán voluntariamente quienes vean en ello una ventaja o un interés.

En fin, veo poco acorde con el espíritu empresarial en una sociedad de, se supone, libre mercado, la existencias de unas Cámaras de Comercio a las que los empresarios y comerciantes deben pertenecer, del verbo pagar, tanto si les gusta como si no. Y, como no, viendo cómo con su dinero algunos se dedican al chalaneo, a cultivar las relaciones de interés y hasta a hacer algún negociete de  dudosa legalidad y clarísima deshonestidad. Pero a eso estamos tan acostumbrados que si no existiera no lo creeríamos.

Hoy domingo los periódicos siguen hablando de la posibilidad de un pacto entre ambos candidatos para formar candidatura integrada. ¿Por qué? Misterio. Lo lógico sería que se repitiera la votación y que se eligiera a uno de los candidatos; ya se ocuparía el elegido de incorporar algún miembro de sus rivales, si lo considera oportuno. Pero también aquí parece que interesa más el chalaneo y el poder y si no se puede conseguir todo, mejor quedarse con lo que se pueda.

Y que no vengan a decirnos que el pacto y acuerdo es deseable en todos los ámbitos, porque eso no es así. Desde luego, no siempre.

Sería necesario el acuerdo si el presidente decide afrontar cambios decisivos, pero esto con independencia de que gane por un voto de diferencia o con una mayoría abrumadora. Pero no en otro caso.

Es deseable, e incluso necesario, el pacto y el consenso en situaciones excepcionales o para afrontar cambios trascendentales, pero no para el gobierno ordinario de una Cámara de Comercio.

lunes, 22 de marzo de 2010

Obama

Obama sigue adelante con su reforma sanitaria, a pesar de que sabe que la mayoría de sus compatriotas están en contra, algo que para nosotros es inconcebible, pero que dice mucho de cómo entienden los norteamericanos su relación con el estado y el papel de éste.

El presidente de USA sigue adelante a pesar de que sabe que puede costarle la reelección pero quizás porque está convencido que no sirve de nada ser presidente del país si ni siquiera puedes conseguir que tus compatriotas tengan un tratamiento médico adecuado sea cual sea situación económica.

Todos hemos visto películas y series en las que los protagonistas se arruinaban para pagarse el tratamiento médico o, sencillamente, morían sin poder recibir la asistencia adecuada por carecer de seguro médico o por que éste no cubría esa contingencia.

La lucha de Obama, decidido a sacar a delante la reforma más importante después de las que se dieron por los derechos civiles, nos reconcilia con la humanidad y con la democracia, sobre todo a nosotros, los españoles, que vemos resignados desde hace tantos años cómo nuestros políticos sólo se mueven y actúan en función de lo que eso pueda suponerles en votos.

Viendo a Obama renace la esperanza de que algún día, en algún lugar de este país maltratado y castigado por políticos sin escrúpulos, empresarios especuladores y ciudadanos sin conciencia, surja un político que de verdad quiera hacer algo por el bien de su país y se olvide de las urnas, de los votos y de las elecciones y piense, únicamente, que si de algo sirve el poder es para cambiar la suerte de sus conciudadanos y no sólo para mantener los privilegios del cargo.

Viendo a Obama la política española es de chiste. Ver las ridículas maniobras de nuestros políticos con sus globos sonda, sus anuncios a bombo y platillo y sus inmediatos desmentidos asustados por las reacciones de los ciudadanos o de los medios, Contemplar la falta de ideas y la ausencia de coraje de nuestros dirigentes produce, una vez pasado el inicial estupor, un profundo asco. Por eso, mirar estos días hacia USA nos hace sentir en el rostro la brisa fresca que nos alivia, al menos, momentáneamente las náuseas.

sábado, 13 de marzo de 2010

Willy Toledo, IU y PSOE o Gijón los cría y ellos se juntan

En el ayuntamiento de Gijón han aprobado un documento para salvar a Willy (Toledo, no la ballena) y no han encontrado mejor modo que refrendar todo lo dicho por ese gran intelectual. El escrito fue confeccionado por Montes Estrada, conejal de IU, que gobierna el ayuntamiento en coalición con el PSOE y si quieren leerlo completo está en este link de La Nueva España, pero aviso, la lectura del mismo puede perjudicar seriamente la salud mental y hasta la física. Así que recomiendo que se abstengan de hacerlo aquellos cuyo estómago digiera mal la bazofia o tengan una sensibilidad normalmente desarrollada.

Hasta aquí todo normal porque aun está por llegar el día en que IU sea un partido realmente democrático asimilable a otros partidos de las democracias occidentales y porque al PSOE le gusta jugar a ser de izquierdas al estilo de IU siempre que eso no les perjudique ni en votos ni en ingresos, que hasta ahí podíamos llegar. Por eso es normal que el único que no votara semejante panfleto fuera el concejal del PP.

La excusa de todo era que no hay que condenar sólo a Cuba, sino a todos los países que no respetan los derechos humanos. Pero el caso es que Montes Estrada en particular e IU en general, lo mismo que el PSOE, suelen estar encantados organizando manifestaciones contra USA o Israel, aunque se ve que no les queda tiempo para manifestarse contra Cuba. No hay tiempo para todo.

Pero como el destino y Cuba son así, señora, resulta que tienen una ocasión de oro para organizar una manifestación reclamando a Cuba que evite la muerte de Fariñas, al que algún descerebrado no dudará en llamar delincuente común o terrorista o gusano contrarrevolucionario.

Ahora que lo pienso, no parecía importarles mucho que EEUU dijera que los presos de Guantánamo eran terroristas... Calla, calla, que ya no me acordaba que los norteamericanos son malos y que IU siempre está del lado de los buenos.

Pero, a lo que iba, que espero ansioso la convocatoria de concentración en favor de la vida de una persona (humana, para los que puedan tener alguna duda) que está en huelga de hambre por la libertad de Cuba. Y los bienpensantes que crean que es un delincuente común que se olviden de estas menudencias y que piensen que es justo luchar por la libertad en Cuba, porque no la hay. Así que, para el caso, tanto da que sea un delincuente común,  un actor o un concejal.

Por último, un consejo para Montes Estrada, Willy Toledo y demás justos ciudadanos luchadores por la libertad de según quien. No se les ocurra llegar a Cuba y pedir elecciones libres, democracia  y libertad de prensa, porque esas pequeñas manías, con el clima del Caribe, te convierten rápidamente en un delincuente común o un terrorista. ¡Al loro!

Un momento, antes de terminar, les voy a contar un chiste. Ha dicho la alcaldesa de Gijón que ella no está de acuerdo con el documento y que lo firmaron sin leer.

¿A que es bueno? Pues no es el último.

En el pleno de ayer el PSOE le ha reprochado al PP que tampoco ellos condenaron la dictadura franquista.

Seamos justos, en realidad esto no es un chiste. Aquí el PSOE tiene razón y además explica su posición con Cuba. Se ve que ellos en el tema de condenas a las dictaduras andan todavía por la mitad del siglo XX, por eso aún no han llegado al momento actual ni a Cuba. Lástima que cuando lleguen y condenen la dictadura castrista habrá muchos Orlando Zapata y quizás muchos Fariñas para los que será demasiado tarde.

martes, 9 de marzo de 2010

Zapatero forever

Pierden el tiempo los de la campaña “esto lo arreglamos entre todos”. Nada, nada. Esto lo arregla Zapatero y el que tenga dudas que vea la entrevista de ayer en La 1.

Nuestro presidente está hecho un brazo de mar, por eso llamó a la RTVE  y dijo, espero que no con la famosa forma de hablar del inigualable Chiquito de la Calzada, “que me manden tres periodistas a La Moncloa”.
Y allí se fueron dos mujeres y un hombre, periodistas de reconocido prestigio, para intentar que el Presidente del Gobierno iluminara al pueblo español, cual faro y guía, con esperanza y consuelo.

Y Zapatero comenzó humilde reconociendo que no había sabido valorar inicialmente el alcance de la crisis económica, pero que nadie supo predecirlo, aunque eso no fuera un consuelo para él que se sentía responsable de cada uno de los parados de este país. Esta frase me resultó un tanto enigmática, porque no sé si quiso decir que se responsabilizaba de que estuvieran en el paro o que se sentía responsable de ellos porque estaban en el paro.

El caso es que la humildad no duró gran cosa, porque humildad y político son antónimos y es tan difícil que se desarrolle adecuadamente en terreno tan hostil como que una planta tropical sobreviva en la Antártida. Por eso pronto Zapatero comenzó con un arte muy habitual entre los políticos y que él maneja con maestría: dejar que los periodistas pregunten lo que quieran y él responder lo que le da la gana.

Pero la entrevista dio su fruto, logró la revelación definitiva y el augurio del próximo final de la crisis (llevamos casi tantas previsiones sobre el final de la crisis como detenciones de cúpulas de ETA). Zapatero, señoras y señores, nos alumbró a todos con su sabiduría, se reveló, no ya preclaro, sino clarividente.

Como TVE ya no tiene publicidad (éxito también de Zapatero y que nunca le agradeceremos bastante) no pudo interrumpir de manera dramática la entrevista para emplazarnos, después de la publicidad, al parto definitivo de los montes de esta España nuestra zarandeada por la crisis, pero enhiesta y decidida a salir adelante. 

Y como TVE ya no pudo elevar el clímax a la altura que la declaración merecía dejó que Zapatero lo deslizara en la entrevista como quien habla del tiempo o de los partidos del domingo: “terminaremos con el paro cuando dejemos de destruir empleo y comencemos a crear empleo”.

No se puede decir más con menos palabras. No se puede expresar mejor el íntimo convencimiento en el futuro de nuestro país. No se puede sintetizar mejor la fórmula definitiva para terminar con la crisis y el paro.

Lástima que la entrevista no durara lo suficiente para que pudiera arriesgar previsiones del tipo: “terminaremos con ETA cuando no queden más etarras”, “no habrá más abortos cuando las mujeres dejen de abortar”, “no habrá inundaciones cuando deje de llover” o “ganará la liga el equipo que quede el primero”.
Y todavía hay gente que cree que Zapatero no es un buen presidente del gobierno.

¡No tenemos arreglo!

domingo, 7 de marzo de 2010

Esto lo arreglamos entre todos

El presidente del Banco Central Europeo se ha subido el sueldo un 2,5%, es decir, casi tres veces la inflación media de los países de la zona Euro y un 4,4% desde que comenzó la crisis. No debe extrañarnos porque el Sr. Trichet tiene que recompensarse por su gran acierto cuando vio que la economía se estaba recalentando y había tensiones inflacionistas y decidió subir los tipos de interés justo antes de que se produjera la mayor crisis económica mundial desde 1929. Pero no debemos tenérselo en cuenta porque el hombre sólo cobró 360.000 Euros de nada y una persona de su valía, que enseguida se ha dado cuenta de que en España es necesario bajar los salarios y abaratar el despido, debe ser remunerado adecuadamente.

Otro personaje que se desvive por nosotros es el presidente de FUNCAS y los estudios de esta entrañable fundación que se dedica a idear diferentes formas de fastidiarnos a todos con recomendaciones de elevar la edad de jubilación hasta los 70 años y hacer el cálculo de las pensiones con los 20 ó 25 últimos años en lugar de los 15 años como se hace actualmente con el loable objetivo de bajar las pensiones. Nosotros, como no somos economistas ni nada y además tenemos el arraigado vicio de querer vivir dignamente no acabamos de comprender que lo mejor para nuestro país es un régimen de semiesclavitud.  

Ni la fundación ni su presidente encontraron el momento de advertir a las Cajas del peligro de concentrar demasiado riesgo en operaciones inmobiliarias, ni tampoco ven ahora la ocasión de hacer recomendaciones a las Cajas que tienen dificultades. Pero, claro, no tienen tiempo para todo y prefieren ver la manera de fastidiar a todos los españoles aunque eso no mejore ni en un euro la situación de las Cajas de Ahorros que, humildemente, entiendo debería ser su objetivo prioritario. Pero son grandes economistas que buscan enl bien de nuestra economía y tienen que dedicar sus estudios a los grandes asuntos del país, lo de las Cajas ya lo mirarán cuando tengan un rato.

Por esos mismos pasos andan el Banco de España y su presidente, que tan preocupados con abaratar el despido y cambiar el mercado de trabajo todavía no han encontrado un momento para ver cómo están algunos bancos y Cajas. La misma Caja de Castilla-La Mancha tuvo que ser intervenida in extremis porque el Banco de España se ve que no había encontrado la ocasión de hacerle una inspección en condiciones y tomar medidas que evitaran la quiebra. Ahora tendremos que pagar su rescate entre todos los españoles, pero, claro, para qué estamos si no es para pagar. Mientras tanto el presidente del Banco de España sigue dándonos lecciones.

Menos mal que están nuestros políticos al quite y en cuanto terminen de ordenar lo de los toros se van a poner manos a la obra y van a resolver esto en un periquete.

Entre tanto, algunos preclaros compatriotas han confeccionado un campaña para convencernos de que esto lo arreglamos entre todos porque, dice la campaña, ¿si no lo arreglamos nosotros quién lo va a hacer? A mí, la verdad, se me ocurren unos cuantos miles de cargos públicos, políticos, asesores, presidentes de organismos diversos, alcaldes, presidentes de Comunidades Autónomas, directores generales, consejeros, secretarios de estado, ministros, presidente del gobierno...

Pero, en fin, estoy de acuerdo con la campaña. Hay que ser optimistas, hay que enfrentarse a la crisis y tenemos que arreglarlo entre todos y en cuanto lo hayamos hecho, sin perder un minuto, hemos de enviar a todos los citados a sus casas, porque, si no pueden arreglarlo, para qué diablos les queremos viviendo de nuestros impuestos.         

jueves, 4 de marzo de 2010

"In memoriam"

Quitan la libertad y quieren controlar el pensamiento. 

Convierten su país en una cárcel en la que sólo hay súbditos sin derechos.

Encarcelan, torturan y matan a los que critican al régimen o se enfrentan a él.

Y cuando logran acabar con un enemigo de la patria, como ellos los llaman, cuelgan sobre su memoria los insultos más odiosos: delincuente común, terrorista, traidor…

Los medios de comunicación de su país los ignoran o airean las consignas. Los adeptos las repiten. La masa adocenada sale presta a la llamada de sus dirigentes para defender la patria atacada. Muchos psicópatas encuentran refugio en los sótanos del régimen en los que en nombre de la nación se cometen los crímenes más abominables.

Y en nuestras sociedades desarrolladas y libres hay individuos que defienden esas dictaduras y colaboran con ellas para destruir la memoria de sus víctimas. Se consideran a sí mismos demócratas y defensores de la libertad y de la vida, pero para ellos sólo tiene valor la libertad de los suyos y la vida de los que piensan como ellos. El resto son despreciables y, lo que es peor, prescindibles.

Salen con pancartas pidiendo la libertad de unos y despreciando la de aquellos que consideran enemigos. Y apoyan satisfechos a los dictadores, ajenos al sufrimiento de sus pueblos.

Dividen al mundo en buenos y malos y, para ellos, estos últimos no tienen derecho siquiera a su buen nombre. 

Para ellos todas las ideas son respetables, con la única condición de que coincidan con las suyas.

Las víctimas sólo importan si lo son del otro bando, las del propio o no existen o siempre tienen justificación.

Son de extrema izquierda o de extrema derecha, da igual, no hay dos indeseables más parecidos que dos totalitarios sean del signo que sean.

Y, por supuesto, les encanta darnos lecciones de moral subidos al enorme pedestal de sus prejuicios.

Vaya desde aquí mi desprecio más absoluto hacia todos aquellos que un día sí y otro también emplean sus sectaria vara de medir para separar a los verdugos buenos de los verdugos malos y a las víctimas buenas de las víctimas malas.