viernes, 25 de noviembre de 2011

Otra de Aznar

Aznar fue presidente del gobierno español entre 1.996 y 2.004. En la segunda legislatura obtuvo una mayoría absoluta aplastante que se le subió a la cabeza y le llevó a cometer las mayores tonterías a nivel personal y político. No voy a entrar en detalles porque la vergüenza ajena me lo impide, pero esa segunda legislatura fue una prueba de cómo la soberbia puede ser la peor droga para una persona.
En los días finales de su mandato y ya sin ser candidato a las elecciones por decisión propia (algo muy meritorio) España sufrió el peor atentado terrorista de su historia y ni él ni su gobierno supieron gestionar aquella crisis de la manera adecuada y, con la ayuda inestimable de las burdas maniobras de la izquierda, perdieron unas elecciones en las que todo el mundo daba ganador al PP.
Después de eso el comportamiento de Aznar siguió siendo tan soberbio, errático y patético como hasta entonces, pretendiendo erigirse en una especie de los siete sabios de Grecia reunidos en una sola persona.
No faltaron momentos en los que con sus declaraciones extemporáneas o con unas tonterías indignas de un adulto mínimamente ilustrado puso en verdaderos aprietos a sus compañeros de partido a los que situaba en trances imposibles.
También acostumbró a dedicar terribles vaticinios o diagnósticos sobre la economía española, los cuales perjudicaban a su país y sólo servían para satisfacer su propio ego.
Un ejemplo de esto (no digo el último porque seguramente nos seguirá obsequiando con sus perlas) ha sido la de hoy en ABC: “No se puede jubilar alguien a los 55 y que cobre su pensión hasta los 85”
Sin embargo, el simpático de Aznar no parece prestar demasiada atención a que él, con tan sólo ocho años como presidente del gobierno, se ha hecho beneficiario de una pensión vitalicia (del verbo para toda la vida) de 80.000 Euros anuales (creo que también tiene coche oficial, chófer y una secretaria, pero dejemos eso a un lado) y que cuando se “jubiló” tenía tan sólo 51 años.
Tampoco parece tener demasiado en cuenta que él sigue teniendo ingresos de empresas privadas a las que asesora, algo que por ley tienen prohibidos los españoles beneficiarios de una pensión pública, pero que es un privilegio más que los políticos se han ido autoadjudicando durante estos últimos treinta años.
Aznar, cuando tenga un rato, no hace falta que se apure demasiado, también le podría echar un vistazo a ver si es posible que un presidente del gobierno firme durante su mandato un reconocimiento de déficit tarifario a las eléctricas que ha llevado al Estado a contraer una fabulosa deuda con estas empresas y que ahora sea asesor de una de ellas que le retribuye con la bonita cifra de 200.000 Euros anuales, según ha publicado la prensa.
Supongo que todo esto, más otras retribuciones que pueda tener o lo que pueda percibir por dar conferencias, le parecerá poco para una persona de su valía, de su capacidad y de sus méritos.
A mí, que nunca he ganado unas elecciones ni a delegado de la clase, me parece que es sólo una prueba de cómo la soberbia puede arruinar moralmente a una persona. 

Alguna verdad sobre la crisis

Un europarlamentario británico dice las verdades del barquero.
Angela Merkel y Sarkozy llevan meses marcando las directrices para terminar con la crisis de la deuda soberana con indiscutible éxito: Grecia, Irlanda y Portugal intervenidos y peor que antes de estarlo. España e Italia contagiadas y colocando su deuda a unos intereses prohibitivos. Francia y Bélgica y Austria estornudando. Y ayer Alemania no ha podido colocar toda su deuda al interés por debajo de la inflación, tal como se estaba financiando desde hace meses haciendo el negocio del siglo.
Alemania intentó por dos veces en el siglo XX dominar Europa por las armas. Merkel ahora cree haber descubierto una forma más limpia: comprarla.
Y entre tanto, nuestros políticos títeres sin atreverse a decir una palabra más alta que otra. Ellos también quieren comprar sus puestos y sus privilegios con nuestro dinero y a costa de los derechos sociales que tanto se ha tardado en conseguir.
¿Hasta cuando?

sábado, 5 de noviembre de 2011

El ministerio de Sanidad y La Noria

Pablo Herreros fue el autor de una iniciativa para que las empresas retirasen su publicidad de La Noria , por haber entrevistado a la madre de un criminal convicto.
La iniciativa la llevó a cabo en su web Actuable y ha dado resultado:  Campofrío, Lactalis, Bayer, Nestlé, Panrico Donuts y Queso Milner  han comunicado que retirarán la publicidad de ese programa.

Me llama bastante la atención que siendo empresas de alimentación y laboratorios farmacéuticos no haya sido el Ministerio de Sanidad quien haya tomado cartas en el asunto, porque es indudable que sus productos podrían verse contaminados por la cantidad de excrementos que circulan por ése y por tantos programas de las televisiones y muy particularmente de ese canal dedicado con fruición a la casquería.
Si la Dirección General de Tráfico puede multar a una productora por poner anuncios de una película en los que los usuarios de una moto van sin casco, estoy seguro de que el Ministerio de Sanidad podrá encontrar más de un motivo para multar a esos programas por ser un peligro cierto par la salud física y mental de los espectadores.
Por favor, que intervengan pronto.