sábado, 28 de febrero de 2009

Políticos, economía y... ¡sálvese quien pueda!

La política española está que mete miedo. Los casos de corrupción llenan las páginas de los periódicos y los políticos siguen jugando a la política de mitin en mitin. Entre tanto, el Parlamento apenas ha celebrado sesiones desde diciembre pasado, la situación económica empeora, el paro crece, ahora algún banquero español ya advierte de la necesidad de intervenir los bancos en dificultades y en Europa se habla de España como una de las economías en riesgo en las que quizás deban intervenir los países más ricos (Francia y Alemania) para evitar el colapso.
La situación no puede ser más grave, pero aquí siguen sin querer decir la verdad, al menos no toda la verdad y los dirigentes de los partidos de gobierno y oposición luchan por mantener o alcanzar el poder en Galicia y el País Vasco.

En esta última comunidad una encuesta dice que a sus habitantes les preocupa más la situación económica que el terrorismo. No hace falta decir mucho más.
Mientras tanto cada partido juega sus bazas, diseña sus tácticas y pone en práctica las estrategias que les permitan mantener o mejorar sus cuotas de poder.

Nos estamos jugando el futuro, pero estamos viendo el partido desde la grada y los jugadores hace tiempo que están peleándose en las bandas y acosando al árbitro.

Estamos en situación de emergencia, pero no se toman otras medidas que seguir gastando, aumentar el déficit e hipotecar el futuro. La recuperación será, cuando lo sea, más lenta y menor por el peso aplastante de nuestra deuda que detraerá los recursos que entonces se necesiten.
El único gasto público indiscutible es el que se dedique a aliviar los efectos de la crisis en los que la sufren más directamente (hablo de los ciudadanos, no de las empresas, por si alguien tiene dudas) y el que venga a cubrir las deudas de los ayuntamientos y CCAA de manera que les permitan pagar a sus proveedores. Son muchos los millones que deben esas administraciones y que están llevando a la ruina a muchas pequeñas empresas y autónomos.

No pueden seguir mirando para otro lado. Los días de vino y rosas se han terminado y es el momento de hacer las cuentas y pagar las facturas.

Rodrigo Rato dijo ayer en Oviedo: "se están socializando las pérdidas, pero no se socializaron las ganancias". Rato no es sospechoso de ser un comunista desaforado, ni siquiera es socialista, pero la cosa es clara y en España más que en ningún otro sitio: La participación de las rentas del trabajo en el PIB ha pasado del 55% al 46%. Es decir que los pobres somos más pobres y los ricos más ricos y esto ha ocurrido cuando todos nos estábamos felicitando por lo bien que iba la economía y entre tanto nos endeudábamos hasta las cejas. Somos más pobres y tenemos más deudas. ¿Alguien da más?

Pero los ejecutivos de las grandes empresas han ganado fortunas con sus bonus anuales y sus stock options y ahora muchos de ellos se van a casa con millonarias indemnizaciones o con jubilaciones doradas. Mientras, los empresarios a los que hemos pagado la juerga y les estamos curando la resaca quieren mandarnos al paro con una mano delante y otra detrás porque ellos deben reestructurar sus empresas... Y lo acabarán consiguiendo.

Están por llegar los políticos que digan: muy bien, yo ayudo a su empresa, la saneo y la avalo, pero participaré en su capital y sus beneficios. ¡Noooo! ¡Por Dios! eso es intervencionismo y nuestros empresarios sólo quieren que el estado intervenga para darles subvenciones, para repartir los beneficios ya se arreglan ellos solos.

Pero qué podemos esperar de los políticos o tan siquiera de nosotros mismos. Éste es un titular de hoy:

"Quintana pagó 135.000 euros a dos diarios gallegos para que hablasen bien del BNG"

El titular debería añadir: Y los dos diarios los cobraron. Aunque tampoco habría estado mal que hubieran titulado "Dos diarios gallegos cobraron 135.000 euros a Quintana por hablar bien de él".
¿Alguien duda de cuáles son las causas de la crisis de los medios de comunicación tradicionales? Se están suicidando y a la vez se quejan de que se mueren.

Otro titular fue el de la detención del alcalde de Alcaucín y cómo sus convecinos le aplaudían y vitoreaban mientras era trasladado por la policía. Es la expresión actualizada del "vivan las caenas".

¡Así nos luce el pelo!

domingo, 15 de febrero de 2009

Crisis y empresarios, valga la redundancia

La desolación me embarga. Las posibilidades de salir de esta crisis que cada vez se hace más profunda me parecen cada vez menores. ¿El motivo? Creo firmemente que de esta crisis sólo podemos salir gracias a la acción decidida de unos empresarios audaces que sepan tomar las decisiones adecuadas. Porque con el gobierno o con la oposición no podemos contar. Los políticos están a lo suyo, es decir, a convencernos de que debemos darles nuestro voto para no ser ellos quienes se vayan a las listas del paro. Hay que dejarles, no sirven para otra cosa.
Por eso pienso que sólo podríamos salir de la crisis gracias a nuestros empresarios, pero esto no va a ser posible. Nuestra clase empresarial no podrá hacerlo porque, probablemente, no tienen la formación adecuada. Veamos algunos ejemplos.

Una de sus principales ideas, quizás la única, es abaratar el despido, porque, según ellos es la manera de que los empresarios se decidan a crear empleo. Es decir, que en un país donde los últimos meses se han ido al paro casi doscientas mil personas cada mes, ellos creen que si es más barato despedir se despediría menos. ¡Pobres! Así van sus empresas como van. Imagino que cuando en los comités de dirección analizan la posición de sus productos en el mercado y descubren que son más caros que los de la competencia, la decisión que tomarán es encarecerlos aún más, para venderlos mejor. Deben pensar que los comunes mortales nos pirramos, como ellos, por las cosas caras, y, si son baratas, no las compramos. Así sus empresas se ven abocadas irremediablemente al fracaso.

Los bancos y las grandes empresas han prejubilado a cientos de miles de trabajadores seducidos, sin duda, por lo costosas que eran. Estoy convencido que, de haberse abaratado el despido o de haberlo puesto gratis, todas esas empresas no habrían prejubilado a un sólo trabajador... No, tampoco lo habrían puesto de patitas en la calle sin gastarse un Euro, no sea Vd. mal pensado. Si no cuesta dinero nuestro empresarios no hacen nada, de modo que esos cientos de miles de jóvenes prejubilados estarían ahora en sus puestos de trabajo y no llevando a sus nietos al colegio.

El Gobernador del Banco de España, por ejemplo, nos decía el otro día que el despido en nuestro país es demasiado caro y que si se abaratara los empresarios se pondrían a contratar trabajadores como locos. Supongo que por eso, él no ha renunciado a la indemnización que le corresponderá cuando cese en su cargo que, si es cierto lo dicho en RNE, consiste en cobrar durante dos años el 80% de su salario. Estoy convencido de que este buen hombre hablaba de buena fe y pensará que si el no tuviera una indemnización tan jugosa habría en España veinte o treinta gobernadores del Banco de España, porque, como él dice, si fuese muy barato despedirlos, por qué conformarse con uno sólo.

Otro ilustre empresario decía que los que están fenomenal en España son, en realidad, los inmigrantes, porque si se quedan sin trabajo, como no tienen casa en propiedad, ni les corresponden grandes indemnizaciones por despido, pues cogen los cuatros trastos que tienen y se van a otro sitio a buscar trabajo, sin ningún problema.

Supongo que es por ese motivo por el que se están yendo al paro tantos inmigrantes, porque los empresarios saben que esas personas no tienen ningún problema para cambiar de domicilio o de ocupación. No como nosotros, que, como somos como somos, tienen que mantenernos en nuestro puesto de trabajo para que podamos seguir pagando la hipoteca, las letras del coche y las vacaciones de verano. Si no fuera por eso, estoy seguro de que nos pondrían en la calle para que pudiéramos volver a la hermosa vida trashumante de nuestros antepasados, cuando no se había implantado la agricultura y el hombre se desplazaba a los territorios en los que la caza era abundante. ¡Qué ideal!

Pero claro, nos han acostumbrado mal y ahora nos resistimos a llegar a la vejez y ver cómo nos despiden de nuestro trabajo y, sin medios para pagar la renta (probablemente al mismo que nos ha puesto en la calle), nos veamos convertidos en huéspedes permanentes de los albergues de caridad, porque la caza ya se da ahora muy mal en casi todos los sitios, salvo que seas Ministro o Juez estrella, en cuyo caso hay unas bonitas (aunque carísimas) fincas en las que emular a nuestros antepasados.

Por eso nos empeñamos en que el despido sea un poco costoso (hay algunos empresarios que cuando ven que es barato despedir les da por hacerlo, en lugar de contratar más, son raros, ¡qué le vamos a hacer!), que las pensiones sean dignas para poder atender nuestras necesidades sin depender de la caridad y en tener una casa en propiedad para que no nos pongan en la calle cuando ya no podamos pagar el alquiler.

¿Manías? No lo niego, pero ya se sabe que los hombres, cuanto más pobres somos, más rarezas tenemos.

Y nuestros empresarios tienen que cargar con esta cruz. ¡Pobres!

domingo, 1 de febrero de 2009

Tengo una pregunta para usted

Llevo toda la semana intentando escribir sobre el programa estrella de la televisión de esta semana, "Tengo una mentira para usted". Perdón, perdón, perdón... "Tengo una pregunta para usted". ¡En qué estaría yo pensando! El programa basa su título en lo que hace el público, no en lo que dice nuestro presidente.

En fin, que toda la semana le he dado vueltas a este asunto, pero he quedado tan terriblemente impresionado con el descaro con el que nos mienten nuestros políticos y la facilidad que tienen para tratarnos como a auténticos imbéciles, que no he sido capaz de juntar ni cuatro frases con un mínimo de coherencia. Ya sé que esto no es ningún obstáculo para tener una carrera política de éxito, pero, que quieren que les diga, para escribir un blog es un impedimento bastante serio.

Nuestro presidente salió dispuesto a negar cualquier cosa que le reprocharan y mintió para negar que hubiera mentido en otras ocasiones. Como esto ya se está convirtiendo en algo habitual en Z, creo que haría bien en consultarlo, por si hubiera algún trastorno grave de personalidad que pudiera ser objeto de tratamiento. Yo me quedé muy preocupado después de oírle.

Supongo que su única razón para decirle a TVE que le montara un nuevo "Tengo una (pongan aquí la palabra que deseen) para usted" era tener la ocasión de lanzar sus mensajes, lo que ahora se llaman ideas fuerza y que siempre se llamó propaganda.

¿Qué ideas eran éstas? Pues, básicamente, dos. La primera que la crisis tenía un principio y un fin y que cuando acabara estaríamos mejor preparados que antes de que comenzara. No dijo cuando terminaría, ni cómo, con lo cual su afirmación resultó ser unaobviedad sin ningún contenido.

La segunda era convencernos de que todos deberíamos colaborar para salir del crisis, ya que el gobierno sólo no podría hacerlo. Tampoco dijo qué deberíamos hacer. ¿Consumir más? como nos había pedido unos días antes. Quizás. Porque desde que los socialistas han descubierto las bondades del mercado están, como todos los conversos, queriendo convencernos a todos de que es bueno justo lo que hasta ahora era malo. ¡Que cosas!

Sin embargo a mí me ha convencido, estoy seguro de que el gobierno sólo no puede, pero mi convencimiento es parcial, porque creo que con nosotros tampoco puede. En realidad creo que este gobierno no podrá sacarnos de la crisis de ninguna manera, por muchas razones, pero la principal es porque no sabe cómo hacerlo.

¿Es ésto preocupante? Mucho. ¿Impedirá que salgamos de la crisis? Ni hablar, tiene razón Z, salir, saldremos, el problema es que lo haremos más tarde y en peor situación que nuestros vecinos.

Pero lo más preocupante de todo es ver la velocidad con la que se está degradando la situación. En Gran Bretaña ha habido ayer una huelga de los trabajadores de las refinerías para reclamar que el trabajo se reserve a los ciudadanos británicos y en protesta porque se contraten obras con empresa extranjeras que contratan trabajadores de otros países que cobran salarios más bajos.

Y esto está sólo empezando. ¿Qué piensan hacer nuestros gobernantes para sacarnos de esta situación? ¿Están tomando medidas para evitar eventuales brotes xenófobos?

Me temo que no hay respuesta para estas preguntas. Nuestros gobernantes sólo saben gastar dinero a manos llenas y seguir con su actividad preferida, la propaganda y los mítines.

Ya estamos en las precampañas de las elecciones gallegas y vascas. Después y sin solución de continuidad llegará la campaña. Las elecciones son el 1 de marzo. Pasaremos mes y medio entreprecampaña (que es la manera de bordear la ley que sólo permite quince días de campaña) y campaña electoral. ¿Han oído que, debido a la crisis, nuestros partidos políticos vayan a ser más austeros y a reducir gastos?. Ni hablar.

Pues eso.