domingo, 29 de mayo de 2011

El arzobispo y los indignados

Ha dicho el arzobispo de Oviedo que cree que los que quedan en las plazas son antisistemas y radicales, declaraciones a Radio Vaticano que reproducía ayer La Nueva España y que me han llenado de perpeljidad.
Yo he visto las imágenes del desalojo de ayer, viernes, de la Plaza de Cataluña de Barcelona y en ellas hay unas personas vestidas de manera extraña, de color azul oscuro (muy oscuro), con cascos en las cabezas y escudos pegando a personas indefensas que no atacaban, ni se defendían. ¿Quiénes eran los antisistemas? Yo no lo sé, pero los que recibían los golpes, uno de ellos en silla de ruedas, no parecían muy antinada.
También es verdad que cuando el arzobispo los llama antisistema no sé si quiere descalificarlos o halagarlos, porque yo tampoco sé muy bien quiénes son los antisistema.
Por ejemplo, un presidente de una multinacional española que ha cobrado en 2.010, más de 8 millones de euros, ¿es un antisistema o un prosistema? Yo no sé que pensará el bueno del arzobispo, pero a mí me parece bastante antisistema, entre otras cosas porque no creo que nuestro sistema (sea lo que sea que signifique eso) pueda dar unos sueldos de más de 8 millones de euros a todos los trabajadores. Pero es que, además, este ¿magnífico? ejecutivo, va a destruir 8.500 puestos de trabajo en su empresa en España, la cuarta parte de la plantilla en nuestro país. ¿Es esto prosistema o antisistema? A mí me parece bastante antisistema, porque si todas las empresas echan a la cuarta parte de sus trabajadores no creo que el sistema salga muy favorecido.
A mí lo que me parece es que, como dice uno de los lemas de los concentrados, “nosotros no somos antisistema, el sistema es antinosotros”.
De todas maneras habría que preguntarle al arzobispo qué hay de malo en estar en contra de un sistema que ha conseguido 5 millones de parados, casi el 50% de paro juvenil, más de 1 millón de familias sin ningún ingreso y miles de familias que han perdido su casa por no poder pagar la hipoteca.
Por lo que yo he leído de las propuestas de los indignados, no parece que quieran abolir la ley, sino más bien darle cumplimiento. Desean tener una vivienda, un trabajo digno, ser iguales a los demás españoles, sobre todo a los españoles de primera que son, entre otros, los políticos (al finalizar este post puede verse un vídeo con muchos de los privilegios con los que se han ido favoreciendo nuestros políticos a costa de nuestros derechos y nuestros bolsillos).
Todos estas cosas que piden ya están recogidas en nuestra Constitución de 1.978, de modo que no quieren hacer ninguna revolución, salvo que llamemos revolución a pedir que se cumplan las leyes en un estado al que le dicen democrático y de derecho.
No me parece muy radical pedir que se cambie un sistema que da dinero (nuestro dinero) a los bancos para que no quiebren pero deja a los ciudadanos a merced de esos mismos bancos para que les ejecuten su hipoteca y les dejen sin hogar. O quizás sí lo sea, No sé.
Pero creo que algo debe cambiarse en un país que va a destinar miles de millones de euros a salvar las Cajas de Ahorros que han quebrado por culpa de unos políticos y directivos que las han manejado a su antojo y sin ningún rigor y que, a pesar de su pésima situación, en 2010 han retribuido a sus directivos con 132 millones de euros, ni un ero menos que el año anterior.
Es posible que los acampados en las plazas estén contra este sistema, pero es que yo también lo estoy y seguramente que Monseñor Jesús Sanz también lo está aunque ni el mismo lo sepa.

martes, 24 de mayo de 2011

Una buena lección

Cuando termines de ver el vídeo recuerda algo muy importante: los ratones son mucho más numerosos que los gatos.

sábado, 21 de mayo de 2011

Indignados

La gente ha empezado a movilizarse. Todos los que se preguntaban dónde estaban los jóvenes han encontrado la respuesta. Los que se engañaban o tranquilizaba sus conciencias diciendo que si hubiera 5.000.000 de parados la gente se habría echado a  la calle puede ver cómo la gente se ha echado a la calle.
La derecha está cabreada porque piensa que esto puede arruinarles su ocasión de llegar ellos al poder (más poder). La izquierda ve con rabia cómo se le ha escapado de las manos la posibilidad de capitalizar y manipular ese descontento; por eso Zapatero y demás líderes del Psoe piden que les votemos a ellos porque ellos recortan mejor los derechos sociales y cuando ayudan a los banqueros y a las grandes empresas les ponen mala cara para que vean que no les gusta.
La derecha asusta a su electorado porque cree (ilusos) que sus electores están a salvo de la crisis y en contra de los jóvenes "perroflautas", como denominan a los que están acampados, cuando deberían saber que muchos de los acampados son votantes suyos y que muchos votantes suyos ven con simpatía las movilizaciones porque también ellos están en paro, o ven cómo su empresa está a punto de dejarlos en la calle, o les explota un poco más con la excusa de la crisis o tienen a sus hijos en paro o explotados.
Sus votantes no ven con simpatía que presidentes o consejeros delegados de bancos y empresas ganen 8 o 10 millones de Euros y nos digan que tenemos que apretarnos el cinturón porque el estado del bienestar es insostenible.
Los votantes de derechas no ven con buenos ojos que se dé dinero a los bancos, se mantengan los privilegios de los políticos, se derroche el dinero de sus impuestos, se destruya la costa, se lleven imputados o condenados por corrupción en las listas o se haya dejado el país sin tejido económico que pueda dar empleo a ellos y a sus hijos.
Se equivocan los medios de comunicación que interpretan estos sucesos en clave de perjudica/beneficia a los míos: los que ponen anuncios en mis medios, los que me dan licencias de televisión o frecuencias de radio. Y además de equivocarse se quejan hipócritamente de que no les dejan hacer su trabajos cuando aparecen por las acampadas y les abuchean o les llaman manipuladores.
Todos, políticos de izquierdas y de derechas y periodistas y tertulianos fieles lacayos de quien les paga, les acusan de no dar soluciones, de no tener proyectos. No lo solucionan los que tienen todos los resortes del poder y piden cínicamente que den las soluciones las personas de a pie. Es como pedirle a las víctimas que den la solución para terminar con los verdugos.
En fin, algo se está moviendo y, ahora que ha empezado, esperemos que no termine el 22 de mayo. Si queremos conseguir algo, ha de continuar. Hay que dar una segunda lección (o mejor tercera, porque la segunda deberían ser los resultados de las elecciones) a los políticos que están pensando que el lunes, 23, los acampados volverán a sus casas y ellos a su coche oficial desde el que verán las plazas de las ciudades sin acampados, como si todo hubiera sido un mal sueño.


miércoles, 18 de mayo de 2011

Democracia real ya

"Democracia real ya" es uno de los movimientos que están protagonizando las movilizaciones por toda España, principalmente en Madrid, exigiendo un cambio democrático y pidiendo que no se vote a los dos grandes partidos.
En internet se puede encontrar mucha información sobre lo que está ocurriendo.
Yo recomiendo no quedarse con la información de los medios convencionales (prensa, radio y televisión) porque todos ellos lo hacen desde sus prejuicios y desde sus intereses políticos y económicos.
Algunos enlaces:
http://democraciarealya.es/
https://www.facebook.com/democraciarealya
Ya veremos cómo evoluciona y si son capaces de evitar la utilización de algunas fuerzas políticas que ya están intentando "engatusarlos".
De momento no sólo es un movimiento interesante, es, sobre todo, esperanzador.

sábado, 14 de mayo de 2011

Es hora de elegir: o ciudadanos o esclavos

Seguimos leyendo impasibles las desoladoras noticias sobre la economía española, mientras se intercalan otras que producen un profundo malestar.
Telefónica, con unos beneficios milmillonarios y sólo levemente inferiores a los del año pasado, a pesar de la profunda crisis, piensa eliminar varios miles de puestos de trabajo en nuestro país. Una muestra de compromiso con la sociedad en la que forjó los grandes beneficios que le han permitido llegar a ser lo que hoy es.
La mayoría de los directivos de las Cajas se han subido el salario, a pesar de que la mayoría están prácticamente en quiebra y necesitan miles de millones de ayuda del fondo estatal que se ha creado para evitar su ruina. Un buen ejemplo de coherencia.
Los directivos de las grandes empresas y los grandes bancos siguen repartiéndose millones de Euros en bonus en forma de acciones de sus empresas en un claro expolio de las empresas a las que dicen servir y de las que cobran salarios de escándalo.
Las principales electricas españolas acaban de ser multadas por el Tribunal de la Competencia por pactar precios. Es decir por ir en contra del libre mercado.
Esto nos habla a voces de la hipocresía y desfachatez de tantas personas que ponen la lupa (no pueden verlos de otra manera) en los salarios de los trabajadores y nos aleccionan con que no deben subir porque debemos ser más competitivos y para evitar las tensiones inflacionistas; pero no se fijan en los suyos que deben tener la virtud de hacer a sus empresas más competitivas y que deben tener el efecto inflacionista desactivado.
Yo siempre procuro fijarme en los directivos cuando pagan en los restaurantes a ver si su tarjeta de crédito dice algo de que está vacunada contra la inflación o algo parecido, pero lo más que alcanzo a ver es que suele ser de su empresa, es decir que no son ellos los que pagan; pero de la inflación ni palabra.
También suelen darnos lecciones sobre las excelencias de la economía de mercado y de que deben eliminarse trabas y regulaciones porque el mercado se regula sólo, pero en cuanto pueden prefieren pasarse el mercado por donde se empiezan los cestos y enseguida deciden que lo regulan ellos mucho mejor poniéndose de acuerdo para robar a sus clientes con toda impunidad. Son los que sentados en su despacho se indignan cuando un ladronzuelo afana un bolso en la calle (¡dónde vamos a llegar!) y ellos se creen mejores porque roban sentados en un buen sillón y aprovechándose de contratos leoninos, pactando precios y abusando de su posición de domino en el mercado. ¡Y se creen honrados!
Espero que nuestros ilustres ex presidentes del gobierno, González y Aznar, cuando haya terminado la campaña electoral (no les interrumpamos, lo primero es lo primero) presenten su renuncia irrevocable como asesores de Gas Natural y Endesa, respectivamente, para que no se entienda que son cómplices y amparan sus pactos contra la libre competencia. ¿A que no?
También espero impaciente las declaraciones del Presidente de CECA reprochando las subidas de sueldo de los directivos de las Cajas y las del Gobernador del Banco de España por los paquetes de acciones que se van a autoadjudicar los directivos del Banco de Santander.
Vivimos muy cómodos en nuestro pequeñito mundo viendo estupefactos cómo los que tienen el poder político y económico nos toman el pelo, no expolian y, para colmo, nos dicen que hay que reducir el estado del bienestar porque es insostenible.
El amigo Trichet, que no es santo de mi devoción, ha dicho que los países han empleado un 27% del PIB para rescatar el sistema financiero y ha añadido, muy sensatamente, que los ciudadanos no iban a consentir que eso ocurra otra vez.
Es urgente que los ciudadanos hagamos ver a nuestros gobernantes que deben regular los mercados, el sistema financiero y la leyes societarias en general para defendernos de los indeseables que creen que pueden explotarnos como trabajadores, estafarnos como consumidores y expoliarnos como contribuyentes.
Eso o vamos comprando betún para pintarnos la piel de negro y repasando “La Cabaña del Tío Tom” para saber como se hace de buen esclavo negro. Quizás no tardemos en ver grandes plantaciones de algodón por toda España.

domingo, 1 de mayo de 2011

Los privilegios y la calidad de la enseñanza universitaria

Me maravillan las personas que luchan denodadamente contra los privilegios con tal de que esos privilegios los tengan personas ajenas a ellos, pero que cuando son ellos mismos o sus allegados los que los disfrutan entonces la cosa cambia y no tienen empacho en defenderlos públicamente y en desprestigiar a cualquier institución que ose quitárselos.
Un claro ejemplo es de Ángeles Caso que denuncia cómo la Universidad de Oviedo ha desalojado a “cuatro ancianas” de unos pisos en los que venían habitando desde hacia cuarenta años. Son viudas de catedráticos y profesores de la universidad, una de ellas, madre de la escritora. Ángeles Caso es hija de un, ya fallecido, catedrático y rector de esa universidad. Ella misma, si no estoy equivocado, es antigua alumna de la misma, en la que también trabajó en su día. A pesar de ello, y como pequeña venganza por el desalojo de su madre, no tiene empacho en desprestigiar a la institución y criticar la escasa calidad de sus estudios, sin distinguir entre las decenas de titulaciones que imparte, algunas de las cuales gozan de buen prestigio dentro del mundo universitario español. Pero eso a Ángeles Caso no le preocupa, ahora de lo que se trata es de defender un privilegio de su madre y eso, para ella, a juzgar por lo que escribe públicamente, lo justifica todo.
Yo le pediría a Ángeles Caso que nos ampliara un poco la información y nos dijera:
  • ¿Cuantas viudas de trabajadores de la Universidad de Oviedo han disfrutado durante cuarenta años de un piso, de no pequeñas dimensiones, en el centro de Oviedo y a qué precio?
  • ¿Cuántas los disfrutan actualmente, aunque sean modestos y no en el centro de la ciudad?
  • ¿Era mejor la calidad de la enseñanza de esta Universidad hace un año o cinco cuando esas cuatro ancianas ocupaban esos pisos?
  • ¿La calidad de sus estudios y los medios de sus investigadores serían mejores si esas cuatro ancianas pudieran seguir viviendo en ellos?

Supongo que Ángeles Caso, en algún nuevo artículo de denuncia y análisis de la calidad de la enseñanza universitaria en España, aprovechará para aclarar todos estos puntos.

Nota.
El diccionario de la RAE en su primera acepción define privilegio como Exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.”