viernes, 28 de mayo de 2010

Ni PSOE, ni PP; ni Zapatero, ni Rajoy

Vivimos tiempos difíciles en todo el mundo y muy particularmente en Europa donde hay una falta clara de liderazgo, de modelo y de proyecto; y en esta situación, la UE y la moneda única no sé si son una ventaja o un inconveniente.
En España la situación es peor aún, pues tenemos las mismas carencias y además hay que añadir que en nuestro caso la crisis económica es particularmente intensa. Pero si esto no fuera suficiente, nuestro gobierno tiene una trayectoria errática, tomando medidas que se cambian o se descartan sólo unas horas después, y con un discurso alocado y sin ninguna coordinación entre los diferentes ministerios.
Con todo, lo peor es que el presidente del gobierno, en el momento más crítico de su mandato, cuando se ha visto obligado por la UE, USA y, al parecer, China a tomar unas durísimas medidas de ajuste ha sido incapaz de llamar al principal partido de la oposición para negociarlas.
El PP, por su parte, tampoco ha sabido estar a la altura de las circunstancias y ha renunciado a la posibilidad de ser un partido solvente y una alternativa seria al PSOE, dejándose llevar por una aspiración al poder tan legítima como, en estas circunstancias, desmedida; porque en una situación tan complicada para nuestra economía como la actual el bien del país debe ponerse por delante de cualquier ambición.
Rajoy habría tenido muy fácil explicar las razones por las que no está de acuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno, cuáles habría tomado de ser él el presidente del gobierno y abstenerse, por responsabilidad, para evitar un mal mayor, como sin duda habría sido la no aprobación de las medidas propuestas por el gobierno.
La esperanza de que España pueda salir de esta crisis sin daños irreparables es remota; con un presidente del gobierno que en la hora de la verdad ha demostrado ser tan incompetente como parecía; con un gobierno desnortado, sin figuras destacadas y sin ninguna coordinación ni, por lo que se ve, proyecto digno de tal nombre; con una oposición más atenta a provocar la caída del presidente y a forzar unas elecciones anticipadas, que probablemente no ganará (aunque el PP piense lo contrario); con las principales figuras de los dos partidos con posibilidades de gobernar enfrentadas de tal modo que son incapaces de reunirse para acordar las medidas imprescindibles que se deben adoptar inexcusablemente, gobierne quien gobierne; España acabará saliendo de la crisis (no quiero contemplar otro panorama, aunque tenemos ejemplos: Grecia, Argentina) muy tarde, muy lentamente y con daños irreparables en nuestro sistema económico, financiero y en el tan cacareado estado del bienestar.

Es urgente que Zapatero ponga su cargo a disposición del partido para que éste busque un nuevo presidente que sepa liderar un gobierno de emergencia y de llegar a acuerdos inaplazables con el PP.

Valdría también que su propio partido lo descabalgara, si él no toma esa decisión.

Lo mismo cabe decir de Rajoy y del PP; necesitan otro líder y otro equipo que pueda llegar a acuerdos con el PSOE para sacar a España de la grave situación en que se encuentra.

Pero parece tan imposible que se produzcan semejantes cambios en cualquiera de los dos partidos y en cualquiera de los dos líderes que no queda más esperanza que seguir caminando al filo del precipicio y confiar en que no se produzca ningún acontecimiento interno o externo que nos precipite al abismo.


miércoles, 12 de mayo de 2010

España, ¿décima potencia de dónde?

Por fin se acabó la fiesta. Ya no estamos por encima de Italia y ya no alcanzaremos a Francia.
El delirio va camino de convertirse en "delirium tremens".
Zapatero ha perdido la virginidad y ha anunciado hoy lo que ha estado repitiendo hasta la saciedad que no haría.
Se acabó apelar al consenso, al diálogo social y otros mantras. Merkel y Sarkozy mandaron a parar, y por si no lo había entendido bien llamó Obama y le dijo que se habían acabado las bromas.
A partir de ahora vendrán otras medidas igualmente duras y desagradables, pero una vez tocados los funcionarios ¡y los pensionistas! Zapatero sabe que se ha terminado su ciclo. Ya no tiene nada que perder, así que hará todo lo qeu le dijeron que debía hacer y no quiso, fiando ciegametne en su suerte, pero, sobre todo, en el esfuerzo de los demás países que sí tomaban medidas que les permitirían salir de la crisis y que él esperaba que arrastraran a España hacia el crecimiento.
Vana ilusión.
Llega el invierno en pleno mes de mayo tras dos años de nubarrones y tormentas que Zapatero creía que eran chubascos abrileños que anunciaban el verano.
Va a hacer mucho frío en España en los próximos años y no tenemos dinero para calefacción. Hay que sacar los guantes, la bufanda, abrigarse y esperar a que escampe, que no hay mal que cien años dure... ni cuerpo que lo aguante.

domingo, 9 de mayo de 2010

Grecia, economía y sinvergüenzas

La bolsa se hunde de nuevo. Grecia disminuye los salarios de los funcionarios y los pensionistas, pero sólo congela los de los dirigentes políticos. Las Cajas de Ahorros en España deben fusionarse para salir adelante, pero el gobernador del Banco de España, entidad encargada de velar por el buen estado de salud de bancos y cajas, sigue reclamando una reforma del mercado laboral.

Los especuladores mueven su dinero de un país a otro y nuestros economistas más renombrados dicen que es normal que el dinero huya de los países en los que no confía para buscar destinos más seguros. Pero a continuación añaden la necesidad de tomar duras medidas para salir de la crisis; duras medidas para trabajadores y pensionistas, que ya sabemos que estamos en este mundo para sufrir y para que los ricos sean cada vez más ricos. Me pregunto si con esto de la globalización los trabajadores podríamos dar orden a nuestras empresas para que nos ingresen la nómina en una cuenta de un banco suizo. ¿Verían normal nuestros entrañables liberales que buscáramos destinos más seguros para nuestras nóminas o les oiríamos entonces apelar al patriotismo y la necesidad de dejar el dinero en nuestras benéficas entidades financieras para que puedan pagar sin problemas las modestas pensiones de sus directivos?

Es necesario reformar el mercado laboral, hace falta rebajar las cotizaciones patronales a la seguridad social, los salarios deben congelarse o reducirse, porque nuestras empresas deben ser de nuevo competitivas.

¿Cuánto va a disminuir el salario del primer ejecutivo del Banco de Santander?

Hay que reformar las pensiones porque vivimos muchos años y el sistema no se mantiene, por eso el Banco de Santander va a dedicar varios cientos de millones de euros para que sus primeros ejecutivos sigan cobrando cuando se jubilen lo mismo que en activo. Los trabajadores deben ahorrar y tener fondos de pensiones privados porque nuestros exorbitantes salarios nos permiten hacer eso y mucho más, para que las arcas de la seguridad social no sufran demasiado. En cambio, los altos ejecutivos tienen unos salarios tan exiguos que no pueden ahorrar y son sus empresas las que deben velar por su futuro y dotarles fondos de pensiones para que no pasen estrecheces en su vejez.

Uno de estos directivos, y no me gusta señalar, tendrá una dotación para su pensión de 85 millones de euros, que multiplicando por 166,386 nos da la bonita cifra de 14.142.820.000, que se leen catorce mil ciento cuarenta y dos millones ochocientas veinte mil, si habláramos en pesetas. ¡Pobre! ¿qué hará con tanto dinero si los bancos siguen pagando intereses tan bajos como ahora y las bolsas continúan como una montaña rusa? No me gustaría a mí verme en esa situación.

Sigamos calculando que, de momento, es gratis. Si este buen hombre viviese 30 años después de jubilarse tendría para cada año la modesta pensión de 471.427.000, siempre hablando en pesetas. O sea que tendría que sobrevivir en los últimos años de su vida con una cantidad mensual de tan solo 39.285.583,33 pesetillas de nada.

Hay que modificar las pensiones porque la pensión máxima actual es de 2.466,20 Euros al mes, o lo que es lo mismo 410.341,15 pesetillas mensuales. No, no me he olvidado de ningún cero, más bien creo que hay demasiados banqueros que manejan los ceros con mucha discrecionalidad y los ponen a la derecha cuando son para ellos y a la izquierda cuando son para los demás.

No he oído al gobernador del banco de España decir nada sobre la necesidad de reformar la moralidad de nuestro sistema financiero. Tampoco he oído a nuestro socialista presidente del gobierno, siempre sensible a las necesidades de sus súbditos, ¡uy! perdón, ciudadanos, ¡en qué estaría yo pensando! decir si pensaba aplicarles un modesto impuesto extra a tan modestas pensiones.

Podría aplicarles el mismo impuesto que grava a las bebidas alcohólicas porque percibir una pensión de ese importe seguro que embriaga más que tomarse cualquier bebida espirituosa. Yo mismo estoy escribiendo esto y ya noto la cabeza algo embotada después de escribir esas cantidades que tengo que meter en mi cabeza en diagonal porque no me caben ni a lo largo ni a lo ancho.

Nuestro ZP debe hacer reformas urgentes, dicen los que dicen que saben, porque la situación es de emergencia y si no se hace algo pronto, aunque no somos Grecia, lo mismo nos convertirnos en Marruecos de un momento a otro. Yo no entiendo nada de economía, pero cuando veo esas modestas pensiones con las que tendrán que afrontar los últimos años de su vida estos esforzados directivos es cuando me doy cuenta de que la situación está realmente mal. Hay que tomar medidas porque, como sigamos así, no sé cómo van a poder cobrar estos modestos pensionistas.

Zapatero, por favor, si no lo quieres hacer por nosotros, hazlo por ellos, ¡pobres! Nosotros estamos aquí para lo que haga falta: súbenos el IVA, bájanos los sueldos, auméntanos el IRPF, baja las pensiones, echa una mano a los bancos que lo están pasando muy mal, lo que sea, con tal de que a ellos no les falta de nada. Después de su esforzada vida para hacerse supermultimillonarios no podemos permitir que pasen sus últimos años agobiados con pensiones de miseria.