sábado, 19 de marzo de 2011

Zapatero, Merkel y la productividad

Mamá Ángela, conocida en su trabajo como señora Merkel ha convencido al bueno de Zapatero de que es necesario relacionar los incrementos salariales con la productividad. Nuestro presi no estaba muy de acuerdo y es posible que siga sin estarlo, pero, como en tantas otras cosas, el pobre, lo hace por nosotros. Él piensa que lo mejor es otra cosa, pero se sacrifica y hace esas cosas que el cree que no son buenas porque piensa que es lo mejor para nosotros. ¿Usted lo entiende? No se preocupe, ni usted ni nadie, sólo unas pocas mentes privilegiadas como las de Zapatero, Chaves o José Blanco pueden entender algo así.
Veamos ahora un ejemplo de lo que significa ligar los salarios a la productividad.
Supongamos que una empresa fabrica 100 unidades de producto que vende en el mercado a 1.000 Euros cada una. Supongamos que el beneficio del empresario, lo que le queda después de pagar las materias primas y todos los costes de producción, es de un 5%. Cuando haya vendido las 100 unidades fabricadas, habrá ganado 5.000 Euros.
Al año siguiente, los trabajadores, que son un poco zánganos, todo hay que decirlo, siguen fabricando las mismas 100 unidades de producto, pero como ha costado más fabricarlas porque ha subido la materia prima, la luz, los impuestos, el teléfono y la gasolina (los salarios no, porque no ha habido aumento de productividad) y el empresario quiere seguir ganando su modesto 5% porque ya se sabe que los empresarios han venido a este mundo a sufrir, pues el precio de venta de cada producto será de 1.040 Euros. Cuando el empresario haya vendido todos los productos habrá ganado 5.200 Euros.
Resumiendo, el beneficio del empresario aumentó en 200 Euros, es decir un modesto 4% sobre el del año anterior.

- ¡Oiga, pero si no hubo aumento de la productividad!

- Ya, ¿y...?

Los salarios de los trabajadores no se incrementaron, porque no aumentó la productividad.
La inflación creció, pongamos que un 4%. Así que los trabajadores que el año anterior habían comprado bienes y servicios por importe de, digamos, 100 Euros este año sólo podrán. hacerlo por importe de 96 Euros, medidos en Euros constantes. Es decir, que habrán perdido un 4% de poder adquisitivo.
Pueden repetir estos cálculos durante varios años y verán que las cifras que salen harían feliz a mucha gente, aunque quizás no tanto a los trabajadores; pero ya se sabe que ésos individuos, además de siniestros, son insaciables y siempre quieren ganar más y más dinero para comprarse coches de lujo y yates y grandes casas, enviar a sus hijos a carísimas universidades privadas y legarles un vasto patrimonio. ¡Así, que se fastidien!
Por último, un ruego: Zapatero, por favor, sigue adelante, no te arredres, desconfía de los que dicen que no obras de acuerdo a los principios socialistas...

- ¿Prin... qué?

 - ¡Ah!, perdona, había entendido principios.

 - Pues eso.

sábado, 12 de marzo de 2011

Las recetas de Aznar

Supongamos que usted es un, digamos, ex-presidente del gobierno. Supongamos que una empresa eléctrica le contrata como asesor por unos cuantos cientos de miles de euros al año (casi nada teniendo en cuenta su gran valía y experiencia, todo hay que decirlo).
No hace falta suponer, porque es un hecho, que a las empresas eléctricas no les gusta nada tener que comprar carbón nacional subvencionado, porque ellas quieren hacer sus negocios a su modo y a costa de todos nosotros: consumidores cautivos que vemos cómo el recibo de la luz crece exponencialmente.
Ahora viene el acertijo. Ya aviso que es difícil y que es necesario tener más de una carrera universitaria y algún máster en economía.
¿Cuál será la receta de nuestro querido ex-presidente para el carbón nacional y la continuidad de las explotaciones mineras?

sábado, 5 de marzo de 2011

Trichet ataca de nuevo

El anuncio de Trichet de que es posible que suba el tipo de interés dentro de un mes es un aviso, cuando menos, imprudente. Siempre nos habían dicho que las devaluaciones de la moneda y las subidas de los tipos de interés y otras medidas económicas no deben anunciarse nunca con antelación, es más, deben negarse hasta el minuto antes de que se hagan efectivas. Las razones son evidentes y no hace falta explicarlas, y la subida del euribor de estos días es la prueba del nuevo. ¿Quién hará el agosto con este aviso? Los de siempre: los que tienen dinero y pueden aprovechar la coyuntura.
Pero no es sólo que sea imprudente hacer con tanta antelación un aviso de este tipo, es que yo tengo grandes dudas de que sea lo más recomendable.
El motivo de Trichet para elevar los tipos de interés es la tendencia al alza de la inflación. Pero gran parte de la inflación tiene su origen en la subida del petróleo, y no tanto en el crecimiento del consumo.
En España no se consume y en los países de Europa donde está creciendo la economía, ésta lo hace gracias a las exportaciones y no al consumo interno que, como el caso de Alemania, está totalmente retraído.
Por eso no es nada seguro que la receta sea subir los tipos. Cuando la subida del petróleo amenaza con terminar con la débil recuperación de la economía en USA y en aquellos países de Europa que habían empezado a crecer, y la sombra de la recesión ha vuelto a aparecer en el horizonte, la medida de Trichet se hace efectiva puede hacerla inevitable.
No podemos olvidar que el simpático Trichet decidió en 2007 elevar los tipos de interés porque la inflación era una muestra del recalentamiento de la economía, según nos explicaba muy serio. Cuando la realidad era que la economía se estaba congelando y se congeló por completo pocos meses después.