viernes, 18 de septiembre de 2009

Zapatero, PRISA y la TDT

Zapatero ha autorizado la TDT de pago, favoreciendo con ello al grupo amigo de la Sexta y compañía. Algo muy parecido a lo que hizo González en su día con Canal +.

Cuando en la anterior legislatura el gobierno de Zapatero concedió la licencia para dos nuevos canales de televisión en abierto, es posible que los de PRISA creyeran que la concesión a la Sexta era la coartada para concedérsela a ellos y que no pudieran decir que, por enésima vez, el PSOE favorecía a su grupo de comunicación amigo. Sin embargo, más bien parece lo contrario, es decir, que concedieron la licencia en abierto a Cuatro para colar de rondón al grupo de Mediapro y compañía, el nuevo grupo de comunicación amigo.

Las reacciones ahora dan risa por lo patéticas.

PRISA dice que Zapatero favorece a su grupo amigo, pero no dice que lo que le molesta de eso es que el grupo amigo ya no sean ellos y, por tanto, los favores del gobierno sean ahora para otros. Y tampoco dicen, pero todos sabemos, que la TDT de pago va a ser un nuevo descalabro para las cuentas de PRISA, que no andan nada bien, por cierto.

El Mundo alaba a Zapatero porque dice que en el tema de la TDT no se ha dejado influenciar. Y es cierto, no se ha dejado influenciar, sólo ha continuado con su política de favorecer al nuevo grupo amigo. Así que de independencia y alabanzas nada de nada.

Y el grupo de la Sexta y compañía han tirado de archivo para recordarle a PRISA que antes fueron ellos los favorecidos, así que menos quejarse porque sean ellos los que les han desbancado en el corazoncito del poder socialista o de Zapatero, valga la redundancia.

Y patético ha sido ver una vez más al gran comunicador arrear con saña a Zapatero, con el que hace algo más de un año un micrófono indiscreto lo descubrió en amorosa y comprensiva charla de amiguetes. ¿Era sincero entonces o es sincero ahora? La pregunta en estos tiempos, y con determinadas personas es completamente absurda, porque la respuesta no tiene nada que ver con la sinceridad, la honradez o los principios. La respuesta es: "es el dinero, ¡idiota!", parafraseando la famosa "es la política, ¡idiota!", que en realidad es totalmente intercambiable, porque el significado que encierran es exactamente el mismo.

Aquí no importa nada el país, ningún país, que nadie se equivoque, ni nacionalidades, ni regiones, ni Cataluña, ni País Vasco. Aquí no importan religiones ni laicismos. Ni ecología, ni medio ambiente. Ni paz, ni guerra. Ni defensa de los débiles, ni ayuda a los necesitados, ni preocupación social, ni justicia, ni libertad, ni democracia, ni nada de nada.

Aquí lo único que importa es el dinero, cueste lo que cueste y pese a quien le pese.

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