domingo, 1 de junio de 2014

Elecciones europeas: entre la estupidez y la ceguera

Las elecciones europeas han traído por fin un severo correctivo a los partidos del stablishmente. PSOE, PP e IU han sufrido un tremenda sangría de votos, los dos primeros, y no ha obtenido el crecimiento esperado el tercero.
La única lectura posible es que un buen número de votantes, 1,5 millones, han dicho ¡basta! y han buscado una alternativa en el espectro más a la izquierda. Otro buen número han buscado ofertas alternativas, UPyD y Ciudadanos, y un número nada desdeñable ha decidido quedarse en casa desencantado con los partidos tradicionales.
Los motivos por los que el PP y el PSOE han tenido el descalabro que se esperaba (la única sorpresa de estas elecciones fueron los cinco eurodiputados conseguidos por Podemos) son bien conocidos: prepotencia, privilegios, desprecio de los ciudadanos, corrupción, despilfarro…
Y muy principalmente, quizás la razón principal, la gestión de la crisis no ya al margen de la mayoría de los ciudadanos, sino a costa de éstos.
Seis millones de parados, decenas de miles de desahuciados, cientos de miles de estafados con las preferentes, las subordinadas o las acciones de Bankia han traído estos resultados que los partidos mayoritarios no es que no estén sabiendo digerir, sino que ni tan siquiera están sabiendo interpretar correctamente.
PP, PSOE y sus palmeros mediáticos se han dedicado esta semana a insultar y despreciar a Podemos y a su líder, Pablo Iglesias. Se empeñan en poner de relieve que su programa es irrealizable, que traería la ruina al país, que son peligrosos antisistema, incluso que son poco aseados o perroflautas.
La ceguera de los dirigentes de PP y PSOE y la de sus medios afines es épica. Creen que con esos peregrinos argumentos pueden disuadir a la gente que ha votado a Podemos en lugar de darse cuenta de que sólo convencen a los ya convencidos, mientras que inclinan hacia esa nueva fuerza política emergente a un buen número de ciudadanos que no pueden entender que quienes la atacan traten de ponerles como contraejemplo a unos personajes que, en efecto, van impecablemente vestidos, pero con su irreprochable atuendo no han dudado en embarcarse en costosas obras públicas innecesarias, han despilfarrado el dinero de todos, han caído en corruptelas millonarias, han administrado peor que mal las obras públicas incurriendo en unos sobrecostes escandalosos, han practicado el nepotismo y el sectarismo más nauseabundo y se han dotado de toda una serie de privilegios que les han permitido mantenerse al margen de la crisis que asolaba a sus conciudadanos.
Esos políticos tan responsables que nos quieren vender como contrapunto a quien despectivamente llaman “el coletas” han arruinado las cajas de ahorros, instituciones centenarias que habían nacido del pueblo para permitir el acceso al crédito de las personas humildes, sin ánimo de lucro y con la obligación de devolver a la sociedad sus beneficios por medio de sus obras sociales.
¿Son ejemplo de algo los que han incumplido sus programas políticos de manera reiterada y han gobernado de espaldas a sus ciudadanos mientras transitaban entre los cargos públicos y los consejos de administración de los grandes oligopolios?
Caminar por la senda que busca las culpas de lo que sucede en aquél que los votantes empiezan a ver como solución, es la manera más segura de llegar al desastre.

2 comentarios:

Belén dijo...

Una vez más,has dado en el clavo Avelino.

Un beso

Belén

Avelino Vallina dijo...

Gracias, Belén.
Abrazos.