domingo, 9 de mayo de 2010

Grecia, economía y sinvergüenzas

La bolsa se hunde de nuevo. Grecia disminuye los salarios de los funcionarios y los pensionistas, pero sólo congela los de los dirigentes políticos. Las Cajas de Ahorros en España deben fusionarse para salir adelante, pero el gobernador del Banco de España, entidad encargada de velar por el buen estado de salud de bancos y cajas, sigue reclamando una reforma del mercado laboral.

Los especuladores mueven su dinero de un país a otro y nuestros economistas más renombrados dicen que es normal que el dinero huya de los países en los que no confía para buscar destinos más seguros. Pero a continuación añaden la necesidad de tomar duras medidas para salir de la crisis; duras medidas para trabajadores y pensionistas, que ya sabemos que estamos en este mundo para sufrir y para que los ricos sean cada vez más ricos. Me pregunto si con esto de la globalización los trabajadores podríamos dar orden a nuestras empresas para que nos ingresen la nómina en una cuenta de un banco suizo. ¿Verían normal nuestros entrañables liberales que buscáramos destinos más seguros para nuestras nóminas o les oiríamos entonces apelar al patriotismo y la necesidad de dejar el dinero en nuestras benéficas entidades financieras para que puedan pagar sin problemas las modestas pensiones de sus directivos?

Es necesario reformar el mercado laboral, hace falta rebajar las cotizaciones patronales a la seguridad social, los salarios deben congelarse o reducirse, porque nuestras empresas deben ser de nuevo competitivas.

¿Cuánto va a disminuir el salario del primer ejecutivo del Banco de Santander?

Hay que reformar las pensiones porque vivimos muchos años y el sistema no se mantiene, por eso el Banco de Santander va a dedicar varios cientos de millones de euros para que sus primeros ejecutivos sigan cobrando cuando se jubilen lo mismo que en activo. Los trabajadores deben ahorrar y tener fondos de pensiones privados porque nuestros exorbitantes salarios nos permiten hacer eso y mucho más, para que las arcas de la seguridad social no sufran demasiado. En cambio, los altos ejecutivos tienen unos salarios tan exiguos que no pueden ahorrar y son sus empresas las que deben velar por su futuro y dotarles fondos de pensiones para que no pasen estrecheces en su vejez.

Uno de estos directivos, y no me gusta señalar, tendrá una dotación para su pensión de 85 millones de euros, que multiplicando por 166,386 nos da la bonita cifra de 14.142.820.000, que se leen catorce mil ciento cuarenta y dos millones ochocientas veinte mil, si habláramos en pesetas. ¡Pobre! ¿qué hará con tanto dinero si los bancos siguen pagando intereses tan bajos como ahora y las bolsas continúan como una montaña rusa? No me gustaría a mí verme en esa situación.

Sigamos calculando que, de momento, es gratis. Si este buen hombre viviese 30 años después de jubilarse tendría para cada año la modesta pensión de 471.427.000, siempre hablando en pesetas. O sea que tendría que sobrevivir en los últimos años de su vida con una cantidad mensual de tan solo 39.285.583,33 pesetillas de nada.

Hay que modificar las pensiones porque la pensión máxima actual es de 2.466,20 Euros al mes, o lo que es lo mismo 410.341,15 pesetillas mensuales. No, no me he olvidado de ningún cero, más bien creo que hay demasiados banqueros que manejan los ceros con mucha discrecionalidad y los ponen a la derecha cuando son para ellos y a la izquierda cuando son para los demás.

No he oído al gobernador del banco de España decir nada sobre la necesidad de reformar la moralidad de nuestro sistema financiero. Tampoco he oído a nuestro socialista presidente del gobierno, siempre sensible a las necesidades de sus súbditos, ¡uy! perdón, ciudadanos, ¡en qué estaría yo pensando! decir si pensaba aplicarles un modesto impuesto extra a tan modestas pensiones.

Podría aplicarles el mismo impuesto que grava a las bebidas alcohólicas porque percibir una pensión de ese importe seguro que embriaga más que tomarse cualquier bebida espirituosa. Yo mismo estoy escribiendo esto y ya noto la cabeza algo embotada después de escribir esas cantidades que tengo que meter en mi cabeza en diagonal porque no me caben ni a lo largo ni a lo ancho.

Nuestro ZP debe hacer reformas urgentes, dicen los que dicen que saben, porque la situación es de emergencia y si no se hace algo pronto, aunque no somos Grecia, lo mismo nos convertirnos en Marruecos de un momento a otro. Yo no entiendo nada de economía, pero cuando veo esas modestas pensiones con las que tendrán que afrontar los últimos años de su vida estos esforzados directivos es cuando me doy cuenta de que la situación está realmente mal. Hay que tomar medidas porque, como sigamos así, no sé cómo van a poder cobrar estos modestos pensionistas.

Zapatero, por favor, si no lo quieres hacer por nosotros, hazlo por ellos, ¡pobres! Nosotros estamos aquí para lo que haga falta: súbenos el IVA, bájanos los sueldos, auméntanos el IRPF, baja las pensiones, echa una mano a los bancos que lo están pasando muy mal, lo que sea, con tal de que a ellos no les falta de nada. Después de su esforzada vida para hacerse supermultimillonarios no podemos permitir que pasen sus últimos años agobiados con pensiones de miseria.

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