Anda la progresía un tanto escocida porque en Europa no han recibido a Zapatero con desfiles y bandas de música. Algunos medios de comunicación han criticado a nuestro presidente por la mala situación de nuestra economía y otros ha optado por la sátira o la burla. La broma, quizás un poco pesada, de cambiar la fotografía de Zapatero por la de Mr. Bean en el portal de La Moncloa, tampoco les ha hecho ninguna gracia.
¿Resultado? Críticas a los medios con argumentos del tipo ¿quién es el Financial Times? ¿Quién lee en España este periódico? Todos argumentos muy sólidos, como se puede ver.
Tampoco han faltado, como no, las críticas a la derecha (léase PP, porque el resto de derechas, PNV, CIU, CC... no les caen tan mal), que es capaz de cualquier cosa con tal de perjudicar a Zapatero.
Lástima, deben pensar, con lo bien que nos lo pasábamos riéndonos de Aznar, y todavía ahora en cuanto tenemos ocasión: su bigote, su melena, sus abdominales. Pero ahora llegan estos extranjeros y les da por criticar a Zapatero, ¿no se dan cuenta de que lo que de verdad mola es criticar PP? Pues no, van ellos y se ponen a criticar a los que gobiernan, con lo guay y superprogre que es criticar a la oposición, ¡qué más dará que no gobierne, a quién le importa!
A nosotros, además, que nos burlamos y llamamos de todo a Berlusconi, a Sarkozy, a Bush, porque de éstos sí que podemos reírnos y mofarnos y criticar su política, que para eso son de derechas, ¡no te digo!
Además, con nuestra acrisolada historia, con nuestros siglos de democracia, podemos dar lecciones a todo el mundo de cómo deben gobernar, cómo deben comportarse para ser unos gobernantes dignos, etc. etc.
Por eso, Zapatero iba a demostrar a Europa, en nuestro turno de presidencia de la UE, cómo hay que hacer las cosas, pero vienen estos extranjeros tan raros que se ponen como gambas en nuestras playas por el verano y antes de que pueda decir esta boca es mía, le sacan las vergüenzas hablando de nuestra economía, nuestro nivel de paro y todas esas cosas que aquí en España sabemos que son culpa del PP, pero que en el extranjero, como no se enteran, piensan que es culpa del gobierno. ¡Pobres diablos!
¡Bah, allá ellos! Yo si fuera Zapatero no les explicaría nada sobre cómo combatir la crisis económica, ni cómo reducir el paro. De las negociaciones entre gobierno, patronal y sindicatos me callaría como un muerto, ¡qué se las arreglen ellos solos!
¿Resultado? Críticas a los medios con argumentos del tipo ¿quién es el Financial Times? ¿Quién lee en España este periódico? Todos argumentos muy sólidos, como se puede ver.
Tampoco han faltado, como no, las críticas a la derecha (léase PP, porque el resto de derechas, PNV, CIU, CC... no les caen tan mal), que es capaz de cualquier cosa con tal de perjudicar a Zapatero.
Lástima, deben pensar, con lo bien que nos lo pasábamos riéndonos de Aznar, y todavía ahora en cuanto tenemos ocasión: su bigote, su melena, sus abdominales. Pero ahora llegan estos extranjeros y les da por criticar a Zapatero, ¿no se dan cuenta de que lo que de verdad mola es criticar PP? Pues no, van ellos y se ponen a criticar a los que gobiernan, con lo guay y superprogre que es criticar a la oposición, ¡qué más dará que no gobierne, a quién le importa!
A nosotros, además, que nos burlamos y llamamos de todo a Berlusconi, a Sarkozy, a Bush, porque de éstos sí que podemos reírnos y mofarnos y criticar su política, que para eso son de derechas, ¡no te digo!
Además, con nuestra acrisolada historia, con nuestros siglos de democracia, podemos dar lecciones a todo el mundo de cómo deben gobernar, cómo deben comportarse para ser unos gobernantes dignos, etc. etc.
Por eso, Zapatero iba a demostrar a Europa, en nuestro turno de presidencia de la UE, cómo hay que hacer las cosas, pero vienen estos extranjeros tan raros que se ponen como gambas en nuestras playas por el verano y antes de que pueda decir esta boca es mía, le sacan las vergüenzas hablando de nuestra economía, nuestro nivel de paro y todas esas cosas que aquí en España sabemos que son culpa del PP, pero que en el extranjero, como no se enteran, piensan que es culpa del gobierno. ¡Pobres diablos!
¡Bah, allá ellos! Yo si fuera Zapatero no les explicaría nada sobre cómo combatir la crisis económica, ni cómo reducir el paro. De las negociaciones entre gobierno, patronal y sindicatos me callaría como un muerto, ¡qué se las arreglen ellos solos!
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