jueves, 28 de enero de 2010

Adiós a Balay (Eso espero)

Hoy me han traído el nuevo lavavajillas. Un mes para cambiarme el que me habían servido defectuoso. ¿No está mal, verdad? Esto es lo que yo llamo dar un servicio de calidad y poner al cliente en el primer lugar de interés de una empresa.

Espero que este aparato no traiga ningún defecto y me pueda olvidar de Balay para siempre. Es lamentable que en estos tiempos, con tanto tiempo y dinero gastado por las empresas para convencernos de la importancia de dar un buen servicio y de satisfacer las demandas del cliente, a la hora de la verdad tengamos que ver que todo es propaganda, imagen, porque no se da una respuesta adecuada a los problemas reales  cuando se presentan.

Seiscientos cincuenta euros y un mes después Balay ha hecho lo que tenía que haber hecho al día siguiente de saber que me había vendido un producto defectuoso, que no es otra cosa que darme el producto que yo había comprado funcionando según sus especificaciones. ¿Qué menos?

Espero no tener que escribir una linea más sobre este absurdo y aburrido asunto.


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