Mientras
MAFO nos aleccionaba sobre la necesidad de reformar el mercado de
trabajo y las pensiones, los directivos de las entidades que se
supone debería estar controlando las estaban llevando a la ruina al
tiempo que se autoasignaban indemnizaciones y pensiones de tal
cuantía que llamarlas por su nombre entra de lleno en el código
penal, así que me abstendré.
Mientras
José Luis Rodríguez Zapatero, a la sazón presidente del gobierno,
alguno de sus más destacados ministros, como José Blanco, o el
candidato Rubalcaba hablaban y hablaban y hablaban de poner impuestos
especiales a los más ricos, los directivos de algunas cajas recibían
dinero del estado (o sea nuestro) para tapar los agujeros que ellos
habían creado con su acertadísima gestión y, de paso, se daban a
sí mismos unas retribuciones e indemnizaciones que, ya decía más
arribar, me van a permitir que no califique.
Mientras
el PP se cansa de repetir cómo van a cambiar a España y su economía
y van a regenerar esta democracia (¿?) nuestra, permanecen callados
ante los agujeros de las cajas de los territorios gobernados por
ellos y mudos ante los millones de euros que algunos eximios
directivos de esas cajas se han asignado de manera generosa e
incalificable.
Mientras
algunas de esas entidades desahucian a los clientes que no pueden
pagar su hipoteca y les dejan sin casa y con la deuda a cuestas, sus
directivos se las apañaron tan ricamente para adjudicarse
graciosamente unos milloncejos de nada como pago a sus desvelos para
arruinar a sus empresas.
Mientras
todos nosotros contemplamos atónitos todas estas cosas, rojos de
indignación e ira, estos prohombres de nuestra economía se llevan
nuestro dinero; nuestros dirigentes aprueban ayudas millonarias a las
entidades financieras que suponen el mayor expolio de la historia,
transfiriendo ingentes sumas de dinero de nuestros bolsillos a los
bolsillo de unos pocos. Se trata del mayor expolio realizado nunca
para convertir el dinero público en dinero privado.
Entre
tanto, disminuyen las pensiones, se recortan las dotaciones para
sanidad y educación, se nos repite hasta la saciedad que el estado
del bienestar es insostenible...
¿Para
esto elegimos a los políticos?
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