Caminaba por la orilla dejando que las olas más atrevidas le bañaran los pies. Una tristeza infinita se había apoderado de él y aquella soledad, en contra de lo que se podría pensar, la hacía más llevadera.
Pero tenía que tomar una decisión: seguir caminando por la orilla y crecer hasta convertirse en un relato o, quien sabe, quizás en una novela o...
Pero tenía que tomar una decisión: seguir caminando por la orilla y crecer hasta convertirse en un relato o, quien sabe, quizás en una novela o...
Lo decidió de pronto, giró noventa grados y se internó mar adentro.
4 comentarios:
Gracias por participar Avelino.
Me parece que la decisión de esas letras fueron las acertadas, me ha parecido un micro a destacar por su valentía.
Gracias!
Gracias a ti por tu amable comentario.
Saludos.
¡La profundidad del mar adentro! Sin los vericuetos de la silueta fractal e infinita de la playa, pero concentrando la sal en el agua de la vida... :]
Deja mUCHo qué pensar... Y mUCHas ideas en las cuales sumergirse.
¡mUCHos salUCHos de UCH! :]
Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
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