Hoy tenía previsto escribir sobre otro asunto, pero mi hija me envió un correo con este enlace a un artículo de El País y he preferido recomendar su lectura encarecidamente.
El
artículo habla de jueces muy alejados de los mediáticos jueces
estrella, que desde sus juzgados, con escasos medios (porque los
sinvergüenzas que nos gobiernan ahora y antes no tienen interés en dotar
de medios a quienes les pueden meter en la cárcel) y enormes presiones
políticas y sociales sacan adelante tremendos (por su extensión y por la
corrupción que destapan) sumarios sin ningún apoyo, ni siquiera de los
órganos que están creados para garantizar que pueden desarrollar su
trabajo con independencia.
Son
ellos los que están en las trincheras, primera línea, defendiendo la
democracia de la corrupción de todo tipo y color que nos asola y que ha
conducido a nuestro país a la ruina en la que se encuentra.
Les
debemos un justo reconocimiento y deben contar con nuestro apoyo
incondicional, porque son nuestra (¿última?) esperanza, porque si estos
jueces tiran la toalla estaremos definitivamente perdidos.
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