El presidente del Banco Central Europeo se ha subido el sueldo un 2,5%, es decir, casi tres veces la inflación media de los países de la zona Euro y un 4,4% desde que comenzó la crisis. No debe extrañarnos porque el Sr. Trichet tiene que recompensarse por su gran acierto cuando vio que la economía se estaba recalentando y había tensiones inflacionistas y decidió subir los tipos de interés justo antes de que se produjera la mayor crisis económica mundial desde 1929. Pero no debemos tenérselo en cuenta porque el hombre sólo cobró 360.000 Euros de nada y una persona de su valía, que enseguida se ha dado cuenta de que en España es necesario bajar los salarios y abaratar el despido, debe ser remunerado adecuadamente.
Otro personaje que se desvive por nosotros es el presidente de FUNCAS y los estudios de esta entrañable fundación que se dedica a idear diferentes formas de fastidiarnos a todos con recomendaciones de elevar la edad de jubilación hasta los 70 años y hacer el cálculo de las pensiones con los 20 ó 25 últimos años en lugar de los 15 años como se hace actualmente con el loable objetivo de bajar las pensiones. Nosotros, como no somos economistas ni nada y además tenemos el arraigado vicio de querer vivir dignamente no acabamos de comprender que lo mejor para nuestro país es un régimen de semiesclavitud.
Ni la fundación ni su presidente encontraron el momento de advertir a las Cajas del peligro de concentrar demasiado riesgo en operaciones inmobiliarias, ni tampoco ven ahora la ocasión de hacer recomendaciones a las Cajas que tienen dificultades. Pero, claro, no tienen tiempo para todo y prefieren ver la manera de fastidiar a todos los españoles aunque eso no mejore ni en un euro la situación de las Cajas de Ahorros que, humildemente, entiendo debería ser su objetivo prioritario. Pero son grandes economistas que buscan enl bien de nuestra economía y tienen que dedicar sus estudios a los grandes asuntos del país, lo de las Cajas ya lo mirarán cuando tengan un rato.
Por esos mismos pasos andan el Banco de España y su presidente, que tan preocupados con abaratar el despido y cambiar el mercado de trabajo todavía no han encontrado un momento para ver cómo están algunos bancos y Cajas. La misma Caja de Castilla-La Mancha tuvo que ser intervenida in extremis porque el Banco de España se ve que no había encontrado la ocasión de hacerle una inspección en condiciones y tomar medidas que evitaran la quiebra. Ahora tendremos que pagar su rescate entre todos los españoles, pero, claro, para qué estamos si no es para pagar. Mientras tanto el presidente del Banco de España sigue dándonos lecciones.
Menos mal que están nuestros políticos al quite y en cuanto terminen de ordenar lo de los toros se van a poner manos a la obra y van a resolver esto en un periquete.
Entre tanto, algunos preclaros compatriotas han confeccionado un campaña para convencernos de que esto lo arreglamos entre todos porque, dice la campaña, ¿si no lo arreglamos nosotros quién lo va a hacer? A mí, la verdad, se me ocurren unos cuantos miles de cargos públicos, políticos, asesores, presidentes de organismos diversos, alcaldes, presidentes de Comunidades Autónomas, directores generales, consejeros, secretarios de estado, ministros, presidente del gobierno...
Pero, en fin, estoy de acuerdo con la campaña. Hay que ser optimistas, hay que enfrentarse a la crisis y tenemos que arreglarlo entre todos y en cuanto lo hayamos hecho, sin perder un minuto, hemos de enviar a todos los citados a sus casas, porque, si no pueden arreglarlo, para qué diablos les queremos viviendo de nuestros impuestos.
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