Creí que la recién elegida alcaldesa de Gijón traería aires nuevos a la política local, viciada por más de treinta años de gobierno del PSOE con su lastre de clientelismo, apaños con los sindicatos y otros tics propios de una ideología pasada por el tamiz del poder con escaso contrapeso; situación a la que colaboró un PP en permanente descomposición, aplastado por su propia incompetencia y por la imposibilidad de encontrar figuras sobresalientes ya que sabían de antemano que estaban destinadas a la oposición.
Pero la Sra. Moriyón parecía traer un mensaje superador del bipartidismo reinante, con un nuevo estilo: trabajo, colaboración y evitar las confrontaciones estériles. Sin embargo, han pasado sólo unas pocas semanas y ya ha dado muestras de mal estilo y poca inteligencia política. Me atrevería a decir que ya ha dado el primer paso para perder las próximas elecciones municipales.
Me estoy refiriendo a la decisión de no dar representación a PSOE, ni a IU en los consejos de administración de las empresas municipales. Algo que, al parecer, es legal, pero que, hay que reconocerlo, es escasamente democrático: no es de recibo negar la presencia en los órganos de administración de esas empresas a los representantes de la mitad de la población gijonesa. Y afirmar que la representación está garantizada por la presencia de los sindicatos sólo puede calificarse de torpeza. Los sindicatos no se han presentado a las últimas elecciones municipales y, por tanto, no tienen ninguna representación de los votantes gijoneses.
Llevando el ejemplo a una sociedad anónima privada, sería como si la mitad de los accionistas no tuvieran representación en el consejo de administración de la empresa: algo impensable y, en las empresas privadas, legalmente imposible.
En una democracia las formas son casi tan importantes como el fondo y esta decisión es, en la forma y en el fondo, inaceptable. Que, además, sí hayan asignado puestos en esos consejos al PP, que es la tercera fuerza en número de votos, hace la medida más arbitraria e incomprensible.
La izquierda, en nuestra ciudad, siempre ha demostrado ser tan sectaria como inteligente, y siempre ha dado representación al PP en los consejos de las empresas municipales, aunque asegurándose disponer de las mayorías suficientes para manejarlas a su antojo.
Se ve que Moriyón no tiene la paciencia, ni la inteligencia política para actuar de manera parecida.
Lo siento, pero ése no es el camino, señora alcaldesa.
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