Vivimos tiempos difíciles en todo el mundo y muy particularmente en Europa donde hay una falta clara de liderazgo, de modelo y de proyecto; y en esta situación, la UE y la moneda única no sé si son una ventaja o un inconveniente.
En España la situación es peor aún, pues tenemos las mismas carencias y además hay que añadir que en nuestro caso la crisis económica es particularmente intensa. Pero si esto no fuera suficiente, nuestro gobierno tiene una trayectoria errática, tomando medidas que se cambian o se descartan sólo unas horas después, y con un discurso alocado y sin ninguna coordinación entre los diferentes ministerios.
Con todo, lo peor es que el presidente del gobierno, en el momento más crítico de su mandato, cuando se ha visto obligado por la UE, USA y, al parecer, China a tomar unas durísimas medidas de ajuste ha sido incapaz de llamar al principal partido de la oposición para negociarlas.
El PP, por su parte, tampoco ha sabido estar a la altura de las circunstancias y ha renunciado a la posibilidad de ser un partido solvente y una alternativa seria al PSOE, dejándose llevar por una aspiración al poder tan legítima como, en estas circunstancias, desmedida; porque en una situación tan complicada para nuestra economía como la actual el bien del país debe ponerse por delante de cualquier ambición.
Rajoy habría tenido muy fácil explicar las razones por las que no está de acuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno, cuáles habría tomado de ser él el presidente del gobierno y abstenerse, por responsabilidad, para evitar un mal mayor, como sin duda habría sido la no aprobación de las medidas propuestas por el gobierno.
La esperanza de que España pueda salir de esta crisis sin daños irreparables es remota; con un presidente del gobierno que en la hora de la verdad ha demostrado ser tan incompetente como parecía; con un gobierno desnortado, sin figuras destacadas y sin ninguna coordinación ni, por lo que se ve, proyecto digno de tal nombre; con una oposición más atenta a provocar la caída del presidente y a forzar unas elecciones anticipadas, que probablemente no ganará (aunque el PP piense lo contrario); con las principales figuras de los dos partidos con posibilidades de gobernar enfrentadas de tal modo que son incapaces de reunirse para acordar las medidas imprescindibles que se deben adoptar inexcusablemente, gobierne quien gobierne; España acabará saliendo de la crisis (no quiero contemplar otro panorama, aunque tenemos ejemplos: Grecia, Argentina) muy tarde, muy lentamente y con daños irreparables en nuestro sistema económico, financiero y en el tan cacareado estado del bienestar.
Es urgente que Zapatero ponga su cargo a disposición del partido para que éste busque un nuevo presidente que sepa liderar un gobierno de emergencia y de llegar a acuerdos inaplazables con el PP.
Valdría también que su propio partido lo descabalgara, si él no toma esa decisión.
Lo mismo cabe decir de Rajoy y del PP; necesitan otro líder y otro equipo que pueda llegar a acuerdos con el PSOE para sacar a España de la grave situación en que se encuentra.
Pero parece tan imposible que se produzcan semejantes cambios en cualquiera de los dos partidos y en cualquiera de los dos líderes que no queda más esperanza que seguir caminando al filo del precipicio y confiar en que no se produzca ningún acontecimiento interno o externo que nos precipite al abismo.
1 comentario:
http://www.facebook.com/pages/En-las-proximas-elecciones-ni-PP-ni-PSOE/126744957389373
Publicar un comentario