sábado, 30 de enero de 2010

Zapatero y la economía española: la hora de la verdad

Nuestro eximio presidente comenzó esta legislatura negando la crisis. Después nos dijo que había desaceleración pero que España estaba mejor preparada que ningún otro país para superar las dificultades. Más tarde, hace nada, reconoció la existencia de la crisis, pero ésta había sido provocada por la crisis financiera de EEUU.
En ningún momento quiso reconocer, ni aún lo hace, que nuestra crisis es más amplia y particular que la del resto de países occidentales.
Para todos es evidente que nuestra falta de una economía productiva desarrollada, nuestra ausencia de tecnología propia, la falta de proyectos de I+D+i y nuestro desarrollo basado en una economía especulativa que creaba riqueza recalificando terrenos comprados a precio de ganga y vendidos a precio de oro, supone una situación de debilidad que nos hace más vulnerables que al resto de países desarrollados; pero nuestro presidente, su gobierno, el PSOE y todos los medios afines siguieron vendiendo humo, mintiendo y engañándonos sin escrúpulos.
Ahora, tras haber perdido dos años en los que se podrían haber tomado medidas para atenuar los efectos de la crisis y mejorar las posibilidades para salir de ella, nos encontramos con más de cuatro millones de parados y con más del once por ciento de déficit y cuando en algunos países empieza a crecer el PIB, en el nuestro seguimos decreciendo y sin visos de que la tendencia vaya a cambiar en muchos meses.
Ante esta situación y tras meses repitiendo el mantra de que no se tomaría ninguna medida sin el consenso de los agentes sociales, en el foro de Davos va Zapatero y pare un ratón: retrasar la jubilación hasta los sesenta y siete años.
Como tontería no está nada mal y es propia de este presidente, pero si con ella pretende atajar el problema de las pensiones, va a tener los mismos resultados que si nos recomendara comprarnos una hucha e ir ahorrando un poco todos los días.
Cuando la edad media de jubilación no llega a los sesenta y cinco años y cuando es mayor el porcentaje de funcionarios que se jubilan anticipadamente que el de trabajadores de la empresa privada, la medida más bien parece destinada a aparentar que se hace algo que a tener efectos reales sobre la caja de las pensiones.
Si el gobierno quiere de verdad tomar medidas para atajar ese problema, puede tomar alguna o varias de las que expongo a continuación y que le cedo gratuitamente sin necesidad siquiera de que me cite como autor intelectual de las mismas.
a) Subir un 1% las cotizaciones de los trabajadores y de las empresas. Sí, no estoy loco, ya sé que las empresas quieren bajar las suyas, pero no hay dinero, señores, y ustedes que se benefician de todo tipo de subvenciones para formación, investigación, inversiones y viajes para abrir nuevos mercados, no estará de más que colaboren a solucionar un problema que, además, reconocen que existe.
b) Un impuesto especial en el IRPF recargándolo con 1 punto más destinado exclusivamente para ese fin.
c) No permitir las prejubilaciones a edades inferiores a los 58 años, salvo para empresas en crisis.
d) Un impuesto especial que se cobrará a todas aquellas empresas que, sin haber tenido pérdidas  ni problemas económicos, han prejubilado a sus trabajadores a edades inferiores a la edad media de jubilación del país. Bancos, Cajas de Ahorros, eléctricas, telecomunicaciones, farmacéuticas y otras muchas empresas que han rejuvenecido sus plantillas y mejorado sus cuentas de resultados con la colaboración inestimable de nuestro sistema público de pensiones deben ahora colaborar a su saneamiento, ya que antes lo exprimieron todo lo que pudieron. Con el agravante de que, al tiempo que lo hacían, reclamaban una bajada de las cotizaciones empresariales y reconocían las dificultades para la continuidad del sistema. Sí, hacían todo eso a un tiempo sin ponerse colorados, porque, otra cosa quizás no, pero cara tienen como para alicatar la muralla china.
e) Eliminar todos los privilegios fiscales y de pensiones de nuestra admirable clase política y que de manera enunciativa, que no exhaustiva, indico: posibilidad de percibir más de un salario o pensión pública, tener derecho a la pensión máxima de jubilación con tan sólo siete años cotizando como diputado o senador, y un largo etc. Ésta medida es, además, la más fácil de tomar, porque nuestros políticos demostrarán una vez más su inigualable amor por el servicio a su país.
Esta última medida es más higiénica que económica, pero no hay que olvidar que la higiene es muy importante, sobre todo en una democracia.
Que duda cabe que todo esto debe complementarse con medidas que conduzcan de verdad a un cambio de nuestro sistema productivo que lo hagan competitivo, moderno y tecnológicamente avanzado.
La construcción difícilmente podrá volver a los niveles de los últimos diez años, salvo que queramos agotar anticipadamente la otra gran fuente de ingresos del país, el turismo. Industria ésta que, al menos en su concepción actual de sol y playa, también está condenada a reducirse drásticamente con las aparición de nuevos destinos, a no ser que pretendamos mantenernos eternamente en el subdesarrollo para poder competir con ellos.
Estas medidas son realmente socialistas y pueden transformar de verdad la sociedad, algo que tanto gusta a Zapatero y de lo que se vanaglorian los miembros de su partido.
Ha llegado la hora de la verdad. Suárez se enfrentó al reto histórico de transformar la dictadura en democracia. González tuvo un reto menor, pero no menos importante de transformar la economía del anterior régimen. Aznar tuvo que asentar y reconducir lo realizado por su antecesor.
Ahora Zapatero tiene el reto histórico de sacar a España de la crisis y de transformar su sistema económico y eso no se hace siguiendo las directrices trasnochadas de una patronal arcaica y poco representativa, ni contentando a unos sindicatos que sólo defienden las situaciones de privilegio de sus cuadros.
¿Sabrá hacerlo? ¿Tendrá la valentía necesaria para hacerlo?
Mi cabeza dice que no a las dos preguntas y mi corazón desea con todas sus fuerzas que se equivoque porque la situación es realmente difícil y el fantasma de Argentina y Grecia nos acecha.


jueves, 28 de enero de 2010

Adiós a Balay (Eso espero)

Hoy me han traído el nuevo lavavajillas. Un mes para cambiarme el que me habían servido defectuoso. ¿No está mal, verdad? Esto es lo que yo llamo dar un servicio de calidad y poner al cliente en el primer lugar de interés de una empresa.

Espero que este aparato no traiga ningún defecto y me pueda olvidar de Balay para siempre. Es lamentable que en estos tiempos, con tanto tiempo y dinero gastado por las empresas para convencernos de la importancia de dar un buen servicio y de satisfacer las demandas del cliente, a la hora de la verdad tengamos que ver que todo es propaganda, imagen, porque no se da una respuesta adecuada a los problemas reales  cuando se presentan.

Seiscientos cincuenta euros y un mes después Balay ha hecho lo que tenía que haber hecho al día siguiente de saber que me había vendido un producto defectuoso, que no es otra cosa que darme el producto que yo había comprado funcionando según sus especificaciones. ¿Qué menos?

Espero no tener que escribir una linea más sobre este absurdo y aburrido asunto.


domingo, 24 de enero de 2010

Sonriendo

Siempre lucía una media sonrisa que aumentaba el aspecto afable de su rostro al que infundía tranquilidad y confianza. Parecía un hombre en el que se podía confiar.

Cuando expresaba alguna opinión especialmente dura de inmediato ampliaba su sonrisa, lo que desconcertaba a sus interlocutores. Por eso, cuando, finalmente, dictaba su cruel sentencia sus víctimas se encontraban por completo indefensas. 

martes, 19 de enero de 2010

El ministro de Fomento tiene razón

Por fin se le ha visto el plumero al ministro de Fomento, lo que le molesta es que los controladores  cobren varias veces más que él. Hoy ha dicho que con la rebaja que propone aún ganarían tres veces más que un médico de La Paz, que un juez o dos veces y media más que el mismo.

Son peligrosos esos cálculos, porque a lo mejor viene un controlador y saca la proporción entre lo que gana él y sus horas de estudios universitarios y oposiciones y la compara con lo que saldría de dividir lo que gana el ministro de Fomento entre sus horas de estudios universitarios y oposiciones.

Claro que no sería una comparación justa porque es posible que el ministro haya abandonado sus estudios para poder dedicarse de lleno al servicio del estado y de sus conciudadanos. Seguramente ha abandonado una prometedora carrera en la empresa privada para poder entregarse de lleno a nuestro servicio.

Por ese motivo no habrá podido ser controlador aéreo y ahora, como es lógico, se siente dolido porque él no ha podido acceder a una situación tan privilegiada como la de estos desalmados controladores que no sólo se están forrando, sino que, además, son los culpables del déficit de AENA. Casi nada al aparato.

Por cierto, ¿también será culpa de los controladores el déficit del estado? Hay que mirar eso, no vaya a ser que la crisis sea culpa, además de USA, de los controladores. Que no me extrañaría nada.

Yo, si fuera ministro de Fomento, actuaría de una manera totalmente opuesta a como lo está haciendo José Blanco. Yo me subiría el sueldo de modo que fuera, por ejemplo, una vez y media más que el de los controladores aéreos. Y en proporción similar subiría también el de todos los cargos políticos. De esa manera se retribuiría justamente a nuestros prohombres que tanto nos quieren y a quienes tanto, corrijo, todo, debemos.

¿Qué conseguimos, ministro, bajando los sueldos de los controladores? El progreso real es subir los sueldos a los políticos.

domingo, 17 de enero de 2010

Monseñor Munilla

A monseñor Munilla le estaban esperando desde que los sacerdotes de la diócesis de San Sebastián le pusieron en el punto de mira con su nada caritativa carta en la  que mostraban su malestar por el nombramiento. Podrían haber dirigido el escrito a sus superiores o podían habérselo enviado al
propio Munilla o ambas cosas, pero decidieron hacerla pública  para que todos estuviéramos atentos y prevenidos contra su nuevo obispo.

Y llegó el gran día. En una entrevista en la cadena SER, a propósito de la catástrofe de Haití, le preguntan por el eterno problema teológico: cómo entender la existencia de Dios ante la existencia del mal o de una catástrofe como ésa. Y Monseñor Munilla se equivocó. ¿Porque dijo que había males mayores que lo ocurrido en Haití, como enseguida se apresuraron a simplificar los medios de comunicación? No. Porque creyó que hablaba para personas adultas con una mínima formación intelectual que de verdad buscaban una respuesta y no un simple enunciado de lamentaciones por lo ocurrido en Haití.

El obispo de San Sebastián se equivocó al responder con profundidad a una sociedad infantilizada y menor de edad que no puede razonar haciendo una sencilla abstracción.


Acostumbrados al ruido ensordecedor de los programas de las vísceras o a la tertulia vana y superficial en la que todos los tertulianos son expertos en todo, no podemos asimilar un pensamiento complejo que vaya más allá del malo-bueno, negro-blanco, derechas-izquierdas, religioso-laico.

La ignorancia, la mala fe o la simple estulticia salieron raudas a la superficie, como casi siempre que se habla de la Iglesia en determinados medios de comunicación, y acusaron al obispo de no haber tenido caridad cristiana, ni haberse mostrado empático con los haitianos, y que no era el momento de hacer reflexiones teológicas. El lugar común de los misioneros que sí hacen una gran labor, en contraposición con la jerarquía, como si esos misioneros no estuvieran enviados, apoyados y sostenidos por la jerarquía que así lo dispone y/o aprueba. Hablan de ellos como si se tratara de "outsiders", cuando forman parte de una de la labores fundamentales de la Iglesia y dentro, por supuesto, de la estructura jerarquizada de la misma.

Lo más triste de todo esto es que, cuando dentro de quince o treinta días, todos esos "comunicadores" se hayan olvidado de Haití y estén cabalgando sobre el siguiente escándalo o la siguiente catástrofe, será Munilla y muchos como él los que desde sus diócesis o sus parroquias seguirán recordando a los más desfavorecidos del mundo, incluidos los haitianos, y solicitando nuestra colaboración para ayudarles a llevar una vida un poco más digna.


Pero eso ya no tendrá interés, porque no tiene morbo y porque no les permite saldar las cuentas pendientes a tantas personas que no soportan la actuación de aquellos que nos interpelan y nos recuerdan que hay muchas cosas que por muy legales que las hagamos, nunca serán lícitas ni, por supuesto, éticas.

sábado, 16 de enero de 2010

Ministro de Fomento y azote de controladores

Anda nuestro Ministro de Fomento hecho un brazo de mar en su batalla contra los controladores aéreos. Ha dicho que tiene la determinación, no, la firme determinación de acabar con los sueldos de escándalo de dichos profesionales.

Nos ha contado cuánto han cobrado por término medio y nos has explicado que algunos de ellos han alcanzado cifras exorbitantes gracias a las horas extraordinarias.

Yo, que soy muy mal pensado, he visto en el Ministro la determinación, no, la firme determinación de emplear la demagogia en su más pura esencia.

Tras sus manifestaciones siempre sale algún tonto inútil que dice eso de que en una España de mileuristas son un escándalo los sueldos de los controladores.

Supongo que cuando afirman esto están pensando en los notarios, los registradores de la propiedad, los diputados, los senadores, los ministros, los secretarios de estado, los directores generales y todas esas personas que, como todos sabemos, son mileuristas honoris causa.

El caso es que como tengo la mala costumbre de pensar en las cosas que nos dicen nuestros ilustres gobernantes, me ha dado en pensar qué ha hecho el PSOE desde que ha vuelto al poder, hace casi seis años, con este asunto de los controladores.

Si los controladores ganan lo que ganan es porque así está estipulado en su contrato de trabajo o en su convenio. Y si deben hacer tantas horas extraordinarias como parecen indicar sus retribuciones, supongo que es debido a una plantilla escasa y mal dimensionada.

Ante esta situación y tras seis años perdidos, el Ministro de Fomento debe hacer alguna o varias de las siguientes cosas:


a) Renegociar el convenio de ese colectivo para ajustar sus emolumentos a cifras más acordes con la opinión del Ministro de Fomento.


b) Ampliar la plantilla de controladores de modo que, por un lado, eso haga tender los salarios a la baja y, por otro, disminuya el número de horas extraordinarias que realiza el colectivo.


c) Vigilar las bajas de los controladores si sospecha que puede haber fraude en alguna medida.


Una vez hecho eso, lo cual, por otra parte, es su obligación ya que AENA es de su exclusiva competencia, podrá salir en rueda de prensa y contárnoslo, pero lo que resulta patético es que lo haga ahora, culpabilizando a ese colectivo de trabajadores (sí, trabajadores por privilegiados que sean) de determinadas situaciones y de percibir unos salarios que, aunque sean escandalosos, no parece que sean ilegales.


Espero que el Ministro con la misma determinación, no, con la misma firme determinación, denuncie públicamente e intente modificar otras situaciones de privilegio como las siguientes:


a) que sólo los políticos, en este país, puedan cobrar dos salarios o pensiones públicas, cuando eso resulta incompatible para el resto de españoles.


b) que un diputado pueda percibir la pensión máxima de jubilación con tan solo ocho años de cotización como tal, cuando cualquier españolito necesita hacerlo durante treinta años.


c) tampoco estaría mal que denunciara con firme determinación algunos casos de salarios más que cuantiosos que perciben miembros de su propio partido, del que él, además, es número dos, por lo que no le sería nada difícil suprimirlos.


d) también podría intentar suprimir los dobles cargos representativos con sus dobles remuneraciones: concejales y senadores, por ejemplo.


e) de paso, también podría echarle un vistazo a las dietas que perciben muchos cargos políticos por su pertenencia a los consejos de administración de empresas públicas, municipales o participadas por ayuntamientos, diputaciones o Comunidades Autónomas.


Esta relación no es exhaustiva, sino meramente enunciativa, por lo que, el Sr. Blanco, tiene trabajo para continuar con su campaña con determinación, no, con firme determinación.


Y que usted lo vea.




miércoles, 13 de enero de 2010

Balay. La historia continúa

Una nueva visita del técnico de Balay ayer, día 12, con una nueva placa para el lavavajillas y de nuevo no es posible dejarlo con todos los programas funcionando.

El técnico comprueba con la central que ha hecho todo lo que debía para programarlo correctamente.

De nuevo quejas por la situación y el técnico que, pobre hombre, ya no sabe qué cara poner y sólo trata de salvar el buen hacer del servicio técnico de Asturias. Y es cierto, hasta ahora, son los únicos que han dado la cara, incluso con una llamada del responsable provincial para decirme que ampliarían la garantía un año más, para convencerme de la confianza que tienen en sus productos.

Así que, bien por las personas del servicio de Asturias y mal, MUY MAL, para el servicio de atención al usuario y para la central, en general, que, tras casi un mes desde que me han servido un producto defectuoso, ni lo han cambiado, ni han sido capaces de arreglarlo y ni siquiera las piezas han llegado con la rapidez necesaria y exigible razonablemente.

Hoy ha venido nuevamente el técnico para hacer las últimas comprobaciones y desde su central han intentado enviarle una nueva pieza de otra serie, para ver si ésa sí podía programarse. De nuevo éste hombre demuestra tener más sentido común y de empresa que sus mayores y les dice que nosotros ya no queremos saber nada más de ese aparato y que o bien nos envían uno nuevo que funcione o que deberán devolvernos el dinero y compraremos otro de otra marca.
Así las cosas, parece que nos enviarán un nuevo aparato. Eso sí, tardarán unos quince días porque, dicen, deben pedirlo a fábrica (?).

Del servicio de atención al usuario no hay noticias. Quizás no lo hayan eliminado como yo había pensado en un principio, porque vista la rapidez con la que atienden los servicios supongo que todavía se estarán preguntando si tienen un servicio de atención al usuario y qué diablos quiere decir eso. Así que es posible que tan sólo se hayan congelado con las bajas temperaturas de los últimos días.

Confío en que lo próximo que escriba de esta desgraciada historia sea que ya me han traído otro lavavajillas y que éste sí funciona correctamente. Espero que no sea mucho pedir.

domingo, 10 de enero de 2010

Europa recibe a Zapatero con críticas. ¡Hay que ver!

Anda la progresía un tanto escocida porque en Europa no han recibido a Zapatero con desfiles y bandas de música. Algunos medios de comunicación han criticado a nuestro presidente por la mala situación de nuestra economía y otros ha optado por la sátira o la burla. La broma, quizás un poco pesada, de cambiar la fotografía de Zapatero por la de Mr. Bean en el portal de La Moncloa, tampoco les ha hecho ninguna gracia.

¿Resultado? Críticas a los medios con argumentos del tipo ¿quién es el Financial Times? ¿Quién lee en España este periódico? Todos argumentos muy sólidos, como se puede ver.

Tampoco han faltado, como no, las críticas a la derecha (léase PP, porque el resto de derechas, PNV, CIU, CC... no les caen tan mal), que es capaz de cualquier cosa con tal de perjudicar a Zapatero.

Lástima, deben pensar, con lo bien que nos lo pasábamos riéndonos de Aznar, y todavía ahora en cuanto tenemos ocasión: su bigote, su melena, sus abdominales. Pero ahora llegan estos extranjeros y les da por criticar a Zapatero, ¿no se dan cuenta de que lo que de verdad mola es criticar PP? Pues no, van ellos y se ponen a criticar a los que gobiernan, con lo guay y superprogre que es criticar a la oposición, ¡qué más dará que no gobierne, a quién le importa!

A nosotros, además, que nos burlamos y llamamos de todo a Berlusconi, a Sarkozy, a Bush, porque de éstos sí que podemos reírnos y mofarnos y criticar su política, que para eso son de derechas, ¡no te digo!

Además, con nuestra acrisolada historia, con nuestros siglos de democracia, podemos dar lecciones a todo el mundo de cómo deben gobernar, cómo deben comportarse para ser unos gobernantes dignos, etc. etc.

Por eso, Zapatero iba a demostrar a Europa, en nuestro turno de presidencia de la UE, cómo hay que hacer las cosas, pero vienen estos extranjeros tan raros que se ponen como gambas en nuestras playas por el verano y antes de que pueda decir esta boca es mía, le sacan las vergüenzas hablando de nuestra economía, nuestro nivel de paro y todas esas cosas que aquí en España sabemos que son culpa del PP, pero que en el extranjero, como no se enteran, piensan que es culpa del gobierno. ¡Pobres diablos!

¡Bah, allá ellos! Yo si fuera Zapatero no les explicaría nada sobre cómo combatir la crisis económica, ni cómo reducir el paro. De las negociaciones entre gobierno, patronal y sindicatos me callaría como un muerto, ¡qué se las arreglen ellos solos!

jueves, 7 de enero de 2010

Balay tampoco ha cumplido hoy


Esta mañana me ha llamado el técnico de Balay para decirme que no había recibido la pieza.
¿Por qué no me habrá extrañado?
Está claro que Balay va superando todas mis expectativas. Su servicio es aún más deficiente de lo que yo podía imaginar y sigue demostrando sin rubor que no tiene ningún interés en resolver los problemas de sus clientes de una manera ágil y causando los menores trastornos posibles.



Supongo que tienen una excesiva cuota de mercado en España y que están empeñados en reducirla a toda costa. Sólo de esa manera soy capaz de entender un servicio tan pésimo.
De momento, la única persona que ha demostrado tener un mínimo interés ha sido el técnico que se ha interesado por saber si funcionaba algún programa del lavavajillas y me estaba dando algún servicio, aunque no fuera con todas sus prestaciones.
Si finalmente no han eliminado el servicio de atención al cliente, que sigue sin dar señales de vida, podrían llamar a este técnico para que le diera alguna charla al responsable del mismo, a la que no estaría mal que asistiera también algún ejecutivo para ver si aprendían algo.
No se desanimen y sigan atentos, porque yo creo que Balay todavía me dará alguna sorpresa más.


miércoles, 6 de enero de 2010

Noche de Reyes

Se despertó aterido de frío. Los cartones y la ropa raída habían perdido la batalla contra el frío de aquella noche de Reyes en aquel pasadizo que apestaba a orines.

La tarde anterior había estado contemplando la cabalgata y recordando cómo disfrutaban sus hijos en esas ocasiones. No era capaz de recordar cuántos años había ido a verla con ellos y su mujer y no quería recordar cuántos años hacía que no los veía. Podría hacerlo, podría decir exactamente cuántos años, meses, semanas, días, minutos y segundos llevaba sin ellos, sin nadie.
Los gritos de los niños le habían recordado a los suyos ilusionados viendo aquel desfile maravilloso, preludio de la mañana en la que descubrirían si les habían dejado todo lo que habían pedido.

Si era emocionante observarlos nerviosos y excitados en la cabalgata, era aún mejor verlos asombrados, incrédulos y emocionados ante los regalos colocados bajo el árbol.

Pero un año todo se vino abajo de repente. Su empresa se declaró en quiebra y él se quedó sin trabajo. Los ahorros y el paro permitieron ir tirando unos meses, pero no fueron suficientes para impedir que su matrimonio se agrietara hasta llegar a la ruina total. Su mujer le quitó lo único que le quedaba, el amor de sus hijos y, aún no era capaz de explicarse cómo lo hizo, pero durante el proceso de divorcio consiguió mostrarlo como un hombre peligroso para sus hijos. Así que el juez creyó conveniente que los viera sólo una vez al mes y en un punto de encuentros en el que nunca podría estar a solas con ellos.

Esa situación duró apenas un año, hasta que la madre y los niños se trasladaron a Madrid y ya no pudo volver a verlos. Los siguió hasta allí, pero sin dinero y sin trabajo le resultó imposible localizarlos y pronto se convenció de que era mejor no hacerlo. ¿Qué podría ofrecerles? Era un mendigo que comenzaba a ser devorado por la gran ciudad.

Cuando terminó la cabalgata, se acercó al albergue donde sólo pudieron darle un bocadillo porque era ya tarde y no había sitio para pasar la noche. Entró en un supermercado, compró dos litros de vino que ayudarían al sueño a vencer el frío de la noche y la dureza del suelo y se encaminó hacia el pasadizo que le protegería del relente de la noche y le robaría otro trozo de la escasa autoestima que le quedaba.

Terminado el bocadillo, todavía tardó unos minutos en dormirse mientras daba cuenta del vino que le queda, con su cabeza ya empañada por las brumas del alcohol. Antes de dormirse pensó que su mejor regalo de Reyes sería un buen baño y una cama limpia y caliente.

Terminó de despertarlo un pequeño revuelo a su alrededor, varias personas hablaban sin que él pudiera entederles, pero sí pudo ver que algunas tenían uniforme de policía y que al fondo aparecían dos personas con una camilla. El pasadizo era iluminado a ratos por una luz amarilla que pronto descubrió que pertenecía a las luces de la ambulancia en la que estaban metiendo la camilla en la que le habían acomodado sin que pudiera siquiera protestar.

lunes, 4 de enero de 2010

Hoy ha venido el técnico de Balay.


Hoy ha venido el técnico de Balay.


No era para tanto, pensará Vd. Las fiestas... En fin, hay que ser comprensivos. Ahora ya funcionará el lavavajillas y pelillos a la mar.


Pues no.


Ha venido el técnico con la pieza nueva, pero no ha podido programarla para que funcione correctamente en mi lavavajillas. Qué cosas ¿verdad?


¿Y ahora qué? Pues otra semanita con el electrodoméstico sin funcionar correctamente.


Ante esta perspectiva yo le hice ver al técnico que no era de recibo ni la demora anterior ni esta nueva que me anunciaba, ya que hay medios de transporte urgente y no veía el motivo por el que debía ser yo quien
sufriera todos los inconvenientes, mientras Balay seguía a su ritmo, sobre todo cuando el único que, hasta ahora, había cumplido escrupulosamente con el contrato de compraventa había sido yo, puesto que yo pagué el mismo día que me lo sirvieron, mientras que el lavavajillas no ha realizado sus funciones como debería ni siquiera durante un minuto.



A los pocos minutos de abandonar mi domicilio me llamó el técnico para decirme que enviarían la pieza por servicio urgente, que la recibirían mañana martes por la tarde y que, como el miércoles es festivo, vendría de nuevo a mi casa el jueves.



Hay que reconocer que el técnico ha hecho lo que debía, quizás algo más, pero la respuesta es parcialmente satisfactoria. Hay servicios urgentes por todos conocidos que podrían hacer la entrega hoy mismo, o
mañana antes de las 8:30 h. o antes de las 10:00 h. o antes de las 13:30 h. Opciones todas que permitirían hacer la reparación mañana mismo.



Está claro que Balay no ha tenido, ni tiene, interés en resolver los problemas de sus clientes con las menores molestias posibles para éstos, ni siquiera en aquellos casos en los que han vendido un producto defectuoso.



¿Y qué ha pasado con el servicio de atención al usuario? se preguntará Vd. Pues, asómbrese, pero yo creo que me han hecho caso y que lo han quitado, porque tras la llamada del pasado día 24 (les remito a mi anterior post sobre este asunto "¡Me han llamado de Balay!") cuando me llamaron para decirme que llamarían al servicio técnico para saber cuál era el motivo del retraso e informarme, pues no han vuelto a dar señales de vida. Así que yo creo que lo han eliminado.



No se retiren. Seguiremos informando.